Un nuevo fenómeno en las redes sociales está desafiando la cultura del consumismo: el “underconsumption core”. Este movimiento, que ha ganado popularidad en TikTok, promueve el minimalismo y la frugalidad, alentando a las personas a maximizar la utilidad de sus compras y a adquirir solo lo que realmente necesitan.

A diferencia de los videos que exhiben grandes compras de ropa, maquillaje o despensas repletas, los usuarios ahora comparten contenidos mostrando compras en tiendas de segunda mano, armarios modestos y objetos cotidianos bien utilizados.

Este cambio de tendencia está estrechamente relacionado con los desafíos económicos, ambientales y sociales que enfrentan especialmente la Generación Z y los Millennials más jóvenes.

El “underconsumption core” surge como una respuesta al sobreconsumo, especialmente a la forma en que los influencers han normalizado el consumo excesivo mediante videos de compras masivas. Así, este movimiento se opone y rechaza este aspecto de la cultura de los influencers.

Motivos detrás del movimiento

Uno de los principales impulsores de esta tendencia es la creciente presión económica que enfrentan los jóvenes. Por ejemplo, la deuda promedio de préstamos estudiantiles en Estados Unidos es de 37,574 dólares por prestatario.

Esta carga financiera a menudo obliga a los jóvenes a priorizar el pago de deudas sobre el gasto discrecional.

Además, la inflación sigue erosionando el poder adquisitivo de la Generación Z.

Aunque hay signos de alivio económico, como la reducción de tasas de interés en Canadá, los efectos acumulativos de los altos precios siguen presionando los presupuestos de los jóvenes.

Otro factor importante es la conciencia ambiental. El consumismo masivo ha creado problemas ambientales significativos, como la acumulación de ropa usada en los vertederos, como sucede en el desierto de Atacama en Chile.

Un informe de ThredUp indica que el 65% de los encuestados de la Generación Z quiere comprar de manera más sostenible, aunque un tercio se siente “adicto a la moda rápida”.

El efecto Marie Kondo y la sostenibilidad

Este cambio de mentalidad de consumo se alinea con el fenómeno cultural conocido como el “efecto Marie Kondo”, que promueve conservar solo aquello que realmente aporta valor y alegría.

Sin embargo, a veces, los comportamientos de consumo sostenible pueden estar impulsados por motivos egoístas más que altruistas, como proyectar una imagen de responsabilidad en las redes sociales.

¿Cómo ser un consumidor más saludable?

Para adoptar hábitos de consumo más saludables, es crucial encontrar un equilibrio entre la frugalidad y la calidad de vida.

Investigar sugiere que una mezcla de gastos experienciales (como viajes) y compras materiales (como un nuevo smartphone) puede llevar a una mayor felicidad y satisfacción.

No se trata de abandonar completamente las compras materiales, sino de adoptar un enfoque consciente que incluya ambos tipos de gasto, pero en menor cantidad.

El “underconsumption core” ofrece beneficios potenciales, pero es importante abordarlo de manera equilibrada. Hacer elecciones informadas que se alineen con los valores y objetivos personales, sin caer en la privación, puede llevar a una estabilidad financiera y a un estilo de vida más intencional.

¿Por qué en América Latina nos burlamos de EEUU?

En América Latina, el fenómeno del “underconsumption core” a menudo genera ironía y burlas hacia Estados Unidos debido a varias razones culturales y económicas.

En muchos países latinoamericanos, el consumismo no ha alcanzado el mismo nivel de exageración que en Estados Unidos.

Mientras que en EE.UU. la compra excesiva es una norma, en América Latina muchas personas ya practican una forma de consumo más moderada por necesidad, lo que hace que el surgimiento de una tendencia de frugalidad en EE.UU. parezca irónico.

Otro factor es la diferencia en las realidades económicas. En América Latina, las limitaciones económicas son más comunes, y la necesidad de optimizar el gasto es una realidad diaria.

Ver que en EE.UU. se promueve una tendencia de “consumo consciente” puede parecer un lujo o una moda que no refleja las condiciones económicas prevalentes en la región.

Además, la influencia del estilo de vida de los influencers en EE.UU. celebra a menudo el exceso y el derroche.

La percepción de que los conceptos de sostenibilidad y consumo responsable se vuelven “tendencia” en países con altos niveles de consumo puede provocar una reacción irónica en América Latina.

En la región, estas prácticas suelen ser parte de la vida cotidiana por circunstancias económicas, lo que hace que la moda alrededor del “underconsumption core” en EE.UU. parezca una exageración.

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