En un dramático arranque del Año Nuevo 2024, Japón se vio sacudido por una serie de sismos, siendo el más potente de magnitud 7.6, desencadenando daños significativos. Fue así como un terremoto y la alerta de tsunami de hasta un metro de altura, marcaron el inici de este año en algunas zonas de la nación nipona.

Las autoridades, ante la magnitud del desastre, ordenaron la evacuación inmediata y el traslado de la población a terrenos más elevados.

La región de Ishikawa, en la península de Noto, se convirtió en uno de los epicentros de esta violenta jornada, experimentando más de 50 sismos de magnitud 3.2 o superior en tan solo cuatro horas. Las afectaciones a viviendas, calles, avenidas y construcciones son evidentes, desatando una alerta de tsunami en la costa occidental del país.

El llamado urgente a la evacuación resonó en la televisión pública japonesa: “Todos los residentes deben ir inmediatamente a terrenos más elevados. Sus vidas son más importantes que cualquier otra cosa”. La población, enfrentando la pérdida de hogares y posesiones, se movilizó en busca de seguridad en medio del caos desatado por la furia de la naturaleza.

Horas después, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, con sede en Hawái, anunció que el riesgo había quedado atrás, brindando un alivio momentáneo a un Japón aún convulsionado. El gobierno japonés también confirmó la ausencia de consecuencias en las centrales nucleares del país, ofreciendo un respiro adicional en medio de la crisis.

La nación nipona, mientras se recupera de este impactante suceso, se enfrenta a la realidad de la vulnerabilidad humana y la imprevisibilidad de los fenómenos naturales.

Videos del terremoto y la alerta de tsunami

El movimiento telúrico tomó por sorpresa a los habitantes de la isla nipona:

Así se vivió el fenómeno natural en un Centro Comercial:

El terremoto en Japón sorprendió este inicio de año:

¿Por qué tiembla tanto en Japón?

Japón, situado en el temido “Cinturón de Fuego” del Pacífico, se encuentra nuevamente en el epicentro de la tragedia, recordando su historia marcada por frecuentes sismos y desastres naturales. Este país, donde la tierra tiembla con una inquietante regularidad, ha experimentado eventos devastadores que han dejado cicatrices imborrables en la memoria colectiva.

El traumático recuerdo del marzo de 2011 sigue latente: un terremoto de magnitud 9.0, seguido de un colosal tsunami, desató una catástrofe que dejó aproximadamente 20 mil muertos o desaparecidos. Esta tragedia no solo marcó por su magnitud, sino que también desencadenó el peor accidente nuclear desde Chernóbil en 1986: la fusión de tres reactores en la central nuclear de Fukushima.

Marchando en el sendero de la vulnerabilidad sísmica, Japón experimentó otro sobresalto en marzo de 2022, cuando un terremoto de magnitud 7.4 sacudió las costas de Fukushima, cobrándose tres vidas y dejando un rastro de destrucción en el este del país. La capital, Tokio, también lleva consigo las cicatrices de un gran terremoto que la devastó hace un siglo, en 1923.

Estos eventos sirven como recordatorio constante de la fragilidad de la vida en una nación atrapada entre la belleza y la ferocidad de la naturaleza.

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Itandehui Rodríguez Martínez

Itandehui Rodríguez Martínez

Poblana, tutora de Monólogos de Ménade, responsable de lo que dice y hace y no de lo que le inventa. Resiliente, en constante reinvención y en una relación.