Un devastador sismo de magnitud 6,3 azotó la región de Herat, en el oeste de Afganistán, el pasado sábado, causando una tragedia de proporciones desgarradoras.
Según el gobierno talibán, la cifra de víctimas mortales ha alcanzado las 2.053 personas hasta el momento, mientras que los equipos de rescate luchan contra el tiempo para encontrar sobrevivientes entre los escombros.
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El terremoto, que se produjo el sábado, fue seguido por ocho fuertes réplicas que agravaron aún más la situación en la región.
El portavoz del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, reportó que al menos 1.240 personas resultaron heridas y 1.320 viviendas quedaron completamente destruidas, citando a la agencia de gestión de catástrofes.
El balance de víctimas fatales experimentó un brusco aumento durante la jornada del domingo, ya que las autoridades habían inicialmente informado de más de 1.000 muertos.
En la aldea de Sarboland, ubicada en el distrito de Zinda Jan y próxima al epicentro del sismo, decenas de casas quedaron reducidas a escombros, según informó la agencia de noticias AFP.
En medio de la tragedia, grupos de valientes hombres se afanaban con palas en la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros, mientras que las mujeres y niños esperaban a la intemperie, con sus pertenencias expuestas al viento.
Bashir Ahmad, uno de los testigos de la catástrofe, declaró:
“Apenas se produjo el primer temblor, todas las casas se derrumbaron. Los que estaban dentro de las casas quedaron sepultados. Hay familias de las que no tenemos noticias”.
Las autoridades locales y los equipos de rescate continúan trabajando incansablemente en la búsqueda de sobrevivientes y en la asistencia a las víctimas afectadas por este devastador sismo, mientras que la comunidad internacional se moviliza para brindar ayuda humanitaria y apoyo en esta situación de emergencia.