La emblemática cadena de cafeterías estadounidense, Starbucks, se encuentra en medio de un litigio legal después de que la Liga Nacional de Consumidores presentara una demanda en un tribunal de Washington D.C. acusándola de publicidad engañosa en relación con su compromiso con el abastecimiento ético de café y té.
La denuncia, presentada en nombre de los consumidores estadounidenses, sostiene que a pesar de las afirmaciones de Starbucks sobre la ética en su cadena de suministro, la compañía continúa obteniendo café y té de plantaciones donde presuntamente se cometen abusos laborales y violaciones de derechos humanos.
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Sally Greenberg, directora ejecutiva de la Liga Nacional de Consumidores, declaró:
“En cada bolsa de café y caja de K-cups que vende Starbucks anuncia su compromiso con el abastecimiento 100% ético (…) pero está bastante claro que existen importantes abusos laborales y de derechos humanos en toda la cadena de suministro”.
La demanda cita informes detallados sobre abusos laborales y violaciones de derechos humanos en plantaciones de café y té en países como Guatemala, Kenia y Brasil.
Según la acusación, Starbucks ha continuado adquiriendo productos de estos proveedores a pesar de las violaciones documentadas.
En respuesta a las acusaciones, un portavoz de Starbucks afirmó que la compañía se toma las denuncias “extremadamente en serio” y aseguró estar “comprometidos activamente” con las plantaciones para garantizar que cumplan con los estándares éticos.
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Además, señalaron que cada cadena de suministro se somete a verificaciones periódicas, reafirmando su compromiso con la Declaración Global de Derechos Humanos de la empresa.
La demanda busca que Starbucks modifique sus afirmaciones publicitarias sobre un abastecimiento ético del 100%, a menos que la empresa mejore las condiciones laborales dentro de su cadena de suministro.
A pesar de utilizar programas de certificación de terceros para garantizar la integridad de sus cadenas de suministro, algunas organizaciones, incluida la Liga Nacional de Consumidores, cuestionan la eficacia de dichos programas.
El caso ahora queda en manos del tribunal, mientras Starbucks se esfuerza por salvaguardar su reputación y demostrar su compromiso con prácticas éticas en su cadena de suministro.