Tras el emocionante Masters 1000 de Montecarlo, donde el talentoso griego Stefanos Tsitsipas se alzó con el título, la atención del tenis se traslada al ATP 500 de Barcelona y a los torneos de categoría 250 en Múnich y Bucarest.
Esta etapa del calendario, tan emblemática por su superficie de polvo de ladrillo, promete un despliegue de talento y emoción, con una destacada presencia argentina en los cuadros principales y de clasificación.
El escenario del Real Club de Tenis Barcelona-1899, el más antiguo de España en el deporte de las raquetas, recibirá a una figura muy esperada: Rafael Nadal.
Tras un período de lesiones que lo mantuvo alejado de la competencia desde principios de año, el español regresa con fuerzas renovadas.
Enfrentará su primer desafío contra el italiano Flavio Cobolli, con la expectativa de avanzar en el torneo y reencontrarse con su mejor nivel.
Sin embargo, la noticia triste llega con la baja de Carlos Alcaraz, quien no logra recuperarse de una lesión en el antebrazo derecho y se ve obligado a retirarse del torneo.
En el cuadro principal de Barcelona, la delegación argentina se hace sentir con nombres como Sebastián Báez, Tomás Etcheverry, Facundo Díaz Acosta y Pedro Cachin.
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Dos jugadores más, Marco Trungelliti y Diego Schwartzman, se unen tras superar la fase de clasificación.
A pesar de las lesiones recientes, Trungelliti y Schwartzman buscarán dejar su huella en la competición.
En paralelo, otros tenistas argentinos también buscan brillar en los torneos de Múnich y Bucarest.
Camilo Ugo Carabelli representa a su país en Múnich, mientras que en Bucarest, Francisco Cerúndolo lidera las esperanzas argentinas como primer favorito, acompañado por Mariano Navone.
Con una emocionante mezcla de veteranos y jóvenes talentos, el tenis argentino busca dejar su marca en la temporada europea de arcilla, enfrentando desafíos y aspirando a grandes logros en estos prestigiosos torneos.