El miércoles 15 de enero, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, fue arrestado en un operativo llevado a cabo por la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), la policía y el Ministerio de Defensa.
Este suceso marca un hito en la historia del país al convertirse en el primer presidente en funciones en ser detenido.
Presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol
La detención de Yoon se realizó tras un enfrentamiento en su residencia presidencial, donde permanecía atrincherado desde diciembre luego de imponer una polémica ley marcial.
En el operativo, que inició antes del amanecer, participaron más de 3,000 efectivos policiales. A pesar de las intensas medidas de seguridad instaladas en el complejo presidencial, los investigadores lograron superar varias líneas de defensa, permitiendo ejecutar la orden de arresto.
La CIO había intentado detener al presidente previamente, el pasado 3 de enero, pero se enfrentó a una resistencia de seis horas por parte del equipo de seguridad de Yoon, lo que obligó a posponer la operación.
Comparencia voluntaria y mensaje a la nación
Horas antes de su arresto, Yoon Suk Yeol transmitió un mensaje grabado en el que explicó su decisión de comparecer voluntariamente ante las autoridades, pese a calificar la investigación como “ilegal”. Argumentó que su objetivo era evitar un “derramamiento de sangre” entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que lo respaldaban.
Acusaciones y contexto político
Yoon está siendo investigado por un presunto delito de insurrección relacionado con la declaración de la ley marcial en diciembre pasado.
La Asamblea Nacional lo destituyó el 14 de diciembre, intensificando la crisis política que vive el país. Según las autoridades, Yoon desafió repetidamente las citaciones para ser interrogado, lo que derivó en la emisión de una orden de arresto.
Los investigadores pueden retener al presidente durante 48 horas para interrogarlo en su oficina de Gwacheon, cerca de Seúl. Si deciden mantenerlo bajo custodia más tiempo, deberán solicitar una nueva orden judicial.
Protestas y reacciones encontradas
El arresto desató protestas masivas frente a la residencia presidencial, donde se congregaron aproximadamente 6,500 seguidores de Yoon. En contraste, también hubo manifestantes que apoyaban su detención.
Una treintena de parlamentarios del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) también se movilizaron al lugar para condenar la acción de la CIO.
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La policía, mediante mensajes por megafonía, advirtió a los presentes que impedir la ejecución de la orden podría llevar a cargos por obstrucción de la ley. Asimismo, se reportaron varios heridos durante los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Perspectivas e implicaciones
El arresto de Yoon Suk Yeol no solo representa un evento histórico en la política surcoreana, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro del país.
La investigación en su contra podría derivar en cargos graves, mientras que las divisiones entre sus seguidores y detractores evidencian la polarización política actual.
En las próximas horas, se espera que las autoridades aclaren los pasos a seguir en el proceso judicial contra el mandatario, así como las medidas para contener la creciente tensión social.