La noche del jueves, Paul McCartney y Ringo Starr revivieron la magia de los Beatles al reunirse en el escenario del O2 Arena, donde una vez compartieron su legado musical. Starr hizo una aparición sorpresa en la última fecha de la gira “Got Back” de McCartney, dejando a miles de fans extasiados.
Al anunciar a su invitado especial, McCartney, con una sonrisa cómplice, dijo: “¡El único e inigualable Ringo Starr!”.
¡Paul McCartney y Ringo Starr!
El público estalló en vítores mientras Starr subía al escenario, abrazando a su antiguo compañero de banda. Con una gran sonrisa, el legendario baterista exclamó: “Quiero decirles que he tenido una gran noche”.
La noche continuó con una memorable interacción entre ambos artistas, quienes, a sus 82 y 84 años respectivamente, mostraron su inquebrantable química.
McCartney, con su característico humor, preguntó: “¿Rockeamos?”, y juntos interpretaron dos de los clásicos más emblemáticos de los Beatles: “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” y “Helter Skelter”, haciendo delirar a los asistentes.
Después de la segunda canción, Starr volvió a tomar el micrófono y con emoción agradeció al público: “He tenido una gran noche y los amo a todos. Gracias a este hombre”, refiriéndose a McCartney, quien respondió con un afectuoso gesto.
La noche no dejó de sorprender a los fanáticos cuando, además de Starr, Ronnie Wood, miembro de los Rolling Stones, se unió a McCartney para interpretar “Get Back”. El abrazo entre los dos músicos antes de que Wood dejara el escenario fue un momento especial, con McCartney diciendo: “¡Gracias, Ronald!”.
En una reciente entrevista con CNN, Starr recordó la profunda amistad que mantiene con McCartney: “Paul me llamó el otro día… Somos amigos muy cercanos.
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Somos hermanos. Para mí fue genial porque soy hijo único y de repente tuve tres hermanos a los que podía amar, en los que podía confiar, a los que podía ayudar. Fue un gran momento para mí”.
Así, con dos leyendas del rock y una sorpresa adicional de un integrante de los Rolling Stones, la noche de Londres se convirtió en un capítulo inolvidable en la historia de la música, donde el legado de los Beatles sigue vivo, no solo en sus canciones, sino en la amistad que aún une a sus miembros.