La NASA solicitó a SpaceX que rescate a los astronautas de Boeing, poniendo de relieve los desafíos que la empresa aeroespacial ha enfrentado en su intento de competir en el programa de vuelos tripulados comerciales. Esta decisión, aunque sorprendente, es el resultado de años de competencia intensa y problemas técnicos que han afectado al programa Starliner de Boeing.

Boeing no puedo con el encargo

El libro “Reentry” de Eric Berger, que explora la historia detrás de la competencia entre Boeing y SpaceX, revela cómo Boeing casi logró ser el único proveedor de naves espaciales tripuladas para la NASA. Según Berger, Boeing argumentó que necesitaba todo el presupuesto del programa Comercial Crew para garantizar el éxito, y muchos dentro de la NASA creían que solo esta empresa podía volar astronautas de manera segura.

No obstante, tras una intensa discusión dentro de la NASA, el líder de exploración humana, Bill Gerstenmaier, decidió pedir un aumento en el presupuesto para apoyar dos esfuerzos competitivos. Así, aunque Boeing recibió el doble de financiamiento que SpaceX, la joven compañía de Elon Musk logró entrar en la competencia.

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A medida que avanzaba la competencia, las diferencias entre Boeing y SpaceX se hicieron más evidentes. Mientras los ingenieros de SpaceX mostraban entusiasmo por recibir retroalimentación de los astronautas de la NASA, los ingenieros de Boeing parecían indiferentes. Esta actitud de indiferencia se extendía también a la gestión de la empresa, la cual, según el astronauta Doug Hurley, no mostraba la urgencia necesaria para llevar a cabo el programa Starliner con éxito.

El libro destaca cómo Boeing enfrentó problemas técnicos significativos, como una fuga de propelente durante una prueba de aborto en tierra en 2018. Este incidente, que retrasó la prueba por más de un año, no fue comunicado a los astronautas del programa Comercial Crew, lo que generó desconfianza en la capacidad de Boeing para garantizar la seguridad de sus misiones.

El ascenso de SpaceX

En contraste, SpaceX continuó superando obstáculos y finalmente se convirtió en el principal proveedor de vuelos espaciales tripulados para la NASA. Hurley, quien se negó a volar en el Starliner de Boeing, optó por ser parte del primer vuelo tripulado del Dragon de SpaceX en 2020, marcando el inicio de lo que él denominó “la segunda era espacial”.

A medida que Boeing luchaba por cumplir con los requisitos del programa, SpaceX emergió como el claro ganador, tanto en términos de éxito técnico como de confianza institucional. A pesar de haber recibido más fondos que SpaceX, Boeing ha reportado pérdidas cercanas a los mil millones de dólares en el programa Starliner, lo que ha llevado a la NASA a depender de SpaceX para asegurar la seguridad de sus astronautas.

Un futuro incierto para Boeing con la NASA

Con la reciente decisión de la NASA de confiar en SpaceX para el rescate de los astronautas de Boeing, queda claro que la rivalidad entre estas dos empresas ha tomado un nuevo rumbo. Mientras SpaceX sigue dominando el mercado de lanzamientos espaciales, Boeing enfrenta un futuro incierto, tanto en su capacidad para cumplir con sus contratos como en su posición dentro de la industria aeroespacial.

La historia de Boeing y SpaceX es un recordatorio de que, en el competitivo mundo de la exploración espacial, la innovación, la dedicación y la urgencia son cruciales para el éxito.

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Itandehui Rodríguez Martínez

Itandehui Rodríguez Martínez

Poblana, tutora de Monólogos de Ménade, responsable de lo que dice y hace y no de lo que le inventa. Resiliente, en constante reinvención y en una relación.