Los presidentes de Colombia, México y Brasil buscan una solución negociada para la crisis poselectoral en Venezuela, excluyendo a María Corina Machado del proceso.
Las potencias de izquierda de América Latina, Colombia, México y Brasil, han diseñado un plan cauteloso para abordar la crisis poselectoral de Venezuela, pero tienen un obstáculo, María Corina Machado.
En una videoconferencia, los presidentes Gustavo Petro, Andrés Manuel López Obrador y Luiz Inácio Lula da Silva acordaron intensificar la presión sobre el chavismo para que entregue las actas de votación, que ningún organismo oficial ha publicado cinco días después de los comicios.
Además, propusieron una negociación directa entre Nicolás Maduro y el opositor Edmundo González, excluyendo a la líder opositora María Corina Machado, a quien inhabilitó el chavismo.
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La participación de María Corina Machado es un obstáculo para el chavismo
El principal desafío es convencer a Machado de mantenerse en un segundo plano, ya que su presencia es inaceptable para el chavismo.
Esta tarea ha sido encomendada a los diplomáticos colombianos debido a su relación cercana con la oposición venezolana.
María Corina Machado ha acaparado todo el protagonismo y movilizado a la oposición en torno a una misma figura, pese a la inhabilitación del chavismo para participar en esta elección.
Los presidentes creen que el chavismo nunca aceptará negociar con Machado, a quien consideran una radical de extrema derecha.
Por ello, pedirán a la líder indiscutible de los antichavistas que ceda su representación a Edmundo González, según fuentes cercanas a las conversaciones.
La postura de Estados Unidos, que ha reconocido a González como ganador de las elecciones, ha complicado aún más el diálogo con el chavismo.
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Los presidentes de Colombia, México y Brasil esperaban avanzar sin la presión adicional de Washington, aunque consideran que el reconocimiento como ganador y no como presidente permite cierto margen para la negociación.
Líderes latinoamericanos buscan negociar para evitar una escalada de violencia
México, a través de su canciller Alicia Bárcena, será el encargado de aproximarse al chavismo, aprovechando los contactos previos del país con el Gobierno venezolano.
La discreción en las comunicaciones es crucial para mantener abiertas las vías de negociación y evitar una escalada de episodios violentos.
Los líderes latinoamericanos abogan por una verificación imparcial de los resultados electorales y una negociación que garantice la no persecución judicial ni política de los dirigentes chavistas.
Similar a una amnistía, siempre y cuando Machado se mantenga apartada de cualquier cargo en un nuevo Gobierno.
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