La noche del pasado 20 de junio, el teatro Los Ángeles fue testigo del esperado debut de Irina Baeva como protagonista de “Aventurera”, la icónica obra que alguna vez brilló bajo la interpretación de Carmen Salinas.
Sin embargo, la elección de Baeva para el papel de Elena Tejero no ha sido recibida con la misma aclamación que sus predecesoras.
Desde el anuncio de su participación, las redes sociales se inundaron con críticas y opiniones divididas.
Usuarios y expertos expresaron su descontento argumentando que Baeva, de origen ruso, no poseía la experiencia ni el bagaje cultural necesario para encarnar un personaje tan arraigado en la cultura latina como lo es Elena Tejero.
Durante la función inaugural, las críticas se centraron en dos aspectos principales: su habilidad para el baile y el canto.
Muchos espectadores y comentaristas señalaron que Baeva optó por el playback en sus presentaciones, lo cual fue recibido con desaprobación y comparaciones desfavorables con actuaciones anteriores, especialmente la memorable interpretación de Edith González, quien dejó una marca imborrable en el papel.
Gustavo Adolfo Infante, reconocido periodista y crítico de espectáculos, no se reservó sus opiniones tras presenciar la actuación de Baeva.
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En declaraciones compartidas en redes sociales, Infante comentó:
“A mí en lo personal no me gustó, me aburrió mucho. Estuvo Susana González leyendo un texto como si fuera Carmen Salinas, en homenaje, 10 minutos, un somnífero”.
La reacción del público en plataformas digitales no fue menos contundente. Videos virales mostraban momentos del debut de Baeva, provocando una ola de comentarios negativos sobre su desempeño.
Críticas hacia su técnica de baile y su capacidad para personificar a Elena Tejero fueron recurrentes, destacando una percepción generalizada de que la actriz no estuvo a la altura del legado de “Aventurera”.
Mientras que Juan Osorio y el equipo de producción apostaron por una nueva interpretación de esta obra clásica, la recepción inicial sugiere que Irina Baeva enfrentará un camino arduo para ganarse el favor del público y de los críticos teatrales.
Pues han dejado claro que la nostalgia por las interpretaciones pasadas, especialmente la de Edith González, y las expectativas altas de la audiencia son un desafío significativo para esta producción renovada.