Alabama llevó a cabo el jueves por la tarde la ejecución de Kenneth Eugene Smith, condenado por el asesinato de la esposa de un pastor en marzo de 1988. El proceso de ejecución, que implicó la asfixia por nitrógeno, se prolongó por 32 minutos. Smith, de 58 años, fue equipado con una máscara ajustada para inhalar nitrógeno hasta que la falta de oxígeno le causara la muerte.
Contrariamente a las predicciones de las autoridades estatales, la pérdida de conocimiento no fue instantánea, y testigos presenciales informaron que el reo permaneció consciente durante varios minutos mientras el gas llenaba sus pulmones.
Kenneth Eugene Smith tembró y se retorció
La situación se tornó más inquietante cuando, después de inhalar el gas, Smith “tembló y se retorció”.
Esta reacción duró al menos dos minutos antes de mostrar signos de dificultad respiratoria. Un periodista presente en la prisión William C. Holman en Atmore, Alabama, describió la reacción como “la más violenta” que había presenciado en cinco ejecuciones en el estado.No te pierdas: Venezuela derriba “avión invasor”, la aeronave era mexicana.
Las últimas palabras de Smith antes de su fallecimiento fueron impactantes:
“Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme. Os quiero a todos”.
Además, se despidió de su esposa expresando un emotivo “te quiero”.
Las críticas de los expertos en derechos humanos
Este nuevo método de ejecución ha generado críticas y denuncias de diversos sectores y organismos. A pesar de la afirmación de un fiscal estatal de que se trata de “el método de ejecución más indoloro y humano conocido por el hombre”, expertos médicos califican la muerte por gas nitrógeno como “humillante y dolorosa”.
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Puede provocar posibles convulsiones e incluso vómito en la máscara. La práctica también mereció una reacción por parte de Naciones Unidas, que ha instado a revisar este método que plantea serias preocupaciones sobre los derechos humanos.