El 18 de noviembre, se conmemora el Día Mundial para Prevenir la Explotación, los Abusos y la Violencia Sexuales contra los Niños y Promover la Sanación, una fecha crucial en la que se visibilizan las alarmantes cifras de niños y niñas víctimas de abuso sexual y explotación en todo el mundo.

Esta jornada tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre la grave situación que enfrentan millones de menores y fomentar medidas para erradicar este flagelo, al mismo tiempo que se impulsa el proceso de sanación de las víctimas.

Día mundial para prevenir la explotación, abusos

En 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversos organismos internacionales alertaron que uno de cada cinco niños a nivel global es víctima de abuso sexual antes de alcanzar la adultez.

Esta realidad es especialmente preocupante en contextos de conflicto armado, migración y pobreza extrema, donde los menores se encuentran más vulnerables a la explotación y los abusos.

La importancia de la sensibilización

El Día Mundial se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre las implicaciones de la violencia sexual infantil y la necesidad urgente de crear espacios de protección y apoyo para las víctimas.

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Además, destaca la importancia de educar a la sociedad sobre la prevención, la identificación temprana de señales de abuso y la creación de entornos seguros para los niños en todos los ámbitos: hogar, escuela y comunidad.

Este año, bajo el lema “Prevenir, Escuchar, Sanar”, se busca promover una cultura de respeto hacia los derechos de los niños y niñas, garantizar su acceso a servicios de salud y atención psicológica, y fortalecer la denuncia ante las autoridades pertinentes.

Los desafíos en la prevención y la sanación

Aunque el camino hacia la erradicación de este tipo de violencia es largo, diversos programas gubernamentales y organizaciones no gubernamentales están trabajando en el fortalecimiento de redes de apoyo.

La Red de Atención a Víctimas de Abuso Infantil (RAVAI) y otras iniciativas locales han implementado líneas de emergencia, albergues, y apoyo psicológico especializado para las víctimas.

Sin embargo, los expertos coinciden en que se deben reforzar las políticas públicas y la cooperación internacional para prevenir y sancionar la explotación sexual infantil.

Las leyes deben ser más rigurosas, y la formación en derechos humanos y protección infantil debe integrarse en todos los niveles educativos y laborales.

Un llamado a la acción global

La ONU y otras entidades internacionales insisten en que para enfrentar esta crisis, es necesario un esfuerzo conjunto entre gobiernos, organizaciones civiles, el sector privado y la sociedad en general.

Todos deben ser parte activa en la creación de un futuro donde los niños puedan crecer y desarrollarse en un entorno libre de violencia.

Cada 18 de noviembre, recordamos que la explotación y el abuso sexual infantil no son solo un problema del pasado, sino una lacra persistente que exige acción inmediata.

Solo a través de la colaboración y la toma de conciencia podemos garantizar un futuro en el que cada niño y niña viva libre de violencia y con acceso a la sanación y el apoyo que merecen.

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