La humanidad podría estar en una cuenta regresiva hacia su fin, según las sombrías predicciones de una supercomputadora del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). No creerás el cálculo que hizo sobre la fecha en la que, supuestamente, sucederá el fin del mundo.
En 1973, un equipo de científicos del MIT, liderado por expertos en modelado y simulación, le encargó a esta máquina la tarea de proyectar el futuro de la civilización humana. Esto, tomando en cuenta el consumo de recursos, el crecimiento de la población y otros factores ambientales clave.
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¿En qué año será el fin del mundo?
Lo que estos investigadores esperaban que fueran resultados esperanzadores, terminó convirtiéndose en un mensaje inquietante para la humanidad. El sistema, que utilizaba el software World 3, una versión avanzada de un modelo informático anterior, concluyó que si la humanidad continúa en su curso actual de explotación descontrolada de los recursos naturales, el colapso global podría ocurrir entre 2040 y 2050.
La predicción se basó en cinco variables críticas: población mundial, producción industrial, producción agrícola, reservas de materias primas y niveles de contaminación. Estos elementos, interconectados en una delicada red, muestran que el agotamiento de recursos y el deterioro ambiental podrían desencadenar una serie de efectos en cadena. Estos llevarían al colapso de la civilización tal como la conocemos.
El estudio publicado bajo el título “Los límites del crecimiento”, se recibió con una mezcla de elogios y críticas. Mientras que algunos lo consideraron una advertencia crucial sobre los peligros de la depredación de los recursos de la Tierra, otros lo desestimaron, calificándolo de pseudociencia.
A pesar de las críticas, algunas de las predicciones del sistema informático demostraron tener una precisión inquietante, como el aumento en la tasa de mortalida. Este dato coincidió con la pandemia de COVID-19 en 2020.
En los últimos años, el mensaje de la investigación recuperó relevancia. Expertos enfatizan la urgencia de moderar el consumo de recursos para evitar una catástrofe global.
