El 13 de abril de 2025, el feminicida de Iztacalco, Miguel “N”, murió en el Reclusorio Oriente, dejando un vacío de justicia para las familias de sus víctimas. Inicialmente atribuido a un paro cardiorrespiratorio tras una caída, la necropsia reveló que un traumatismo craneoencefálico fue la verdadera causa, desatando dudas sobre las circunstancias de su deceso.
Detenido el 16 de abril de 2024 por el feminicidio de María José, de 17 años, el feminicida de Iztacalco enfrentaba cargos por siete delitos, incluyendo feminicidio y tentativa de feminicidio. Su muerte, horas antes de una audiencia clave, frustra la búsqueda de verdad para víctimas como Frida Sofía Lima, desaparecida en 2015.
El químico feminicida de Iztacalco murió por traumatismo
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) reportó que el feminicida de Iztacalco sufrió una caída en su celda, causando una contusión. Trasladado al Hospital General de Iztapalapa, fue declarado sin vida. Sin embargo, la necropsia, supervisada por el Instituto de Servicios Periciales, descartó el paro cardiaco y confirmó el traumatismo craneoencefálico como causa, según la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX).

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Bajo vigilancia constante y con tratamiento médico por problemas de salud mental, el feminicida de Iztacalco no mostraba señales de riesgo inmediato. La FGJ-CDMX abrió una investigación para esclarecer el incidente, con exámenes toxicológicos en curso. Familiares, como los de María José, exigen acceso a la necropsia, temiendo irregularidades.
El asesino en serie que no pagará sus crímenes
El feminicida de Iztacalco, químico del Instituto Politécnico Nacional, operó desde 2012. Un cateo en su departamento reveló cinco cráneos, un serrucho y libretas con detalles macabros, vinculándolo a crímenes entre 2012 y 2024. México reportó 831 feminicidios en 2024, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, destacando la urgencia de combatir esta violencia.
Erendali Trujillo, abogada de las víctimas, lamentó que el feminicida de Iztacalco muriera sin sentencia. “La justicia era un castigo por cada víctima”, afirmó. La Comisión de Víctimas ahora busca reparación para las familias.
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