En tan solo ocho días, cinco sucursales de la cadena Pollo Loco han enfrentado ataques incendiarios que han puesto en alerta a empleados, clientes y autoridades. La pesadilla comenzó el 16 de marzo y no da tregua, dejando tras de sí daños y pérdidas económicas.
Pollo Loco en Apodaca, la primera sucursal incendiada
El primer zarpazo llegó en Apodaca. El domingo 16 de marzo, a las 5:30 de la mañana, dos locales ardieron casi al mismo tiempo. Uno está en la avenida Miguel Alemán, en el Parque Industrial Milimex, y el otro en Concordia y E-Sexta, en la colonia Metroplex. Testigos vieron a hombres llegar con garrafones de gasolina, rociar los sitios y encender las llamas. Bomberos y Protección Civil corrieron al lugar, pero el fuego ya había consumido las fachadas. Los negocios quedaron como cascarones chamuscados.
El alcalde de Apodaca, César Garza Arredondo confirmó que fue ataque directo contra la cadena Pollo Loco, la reciente quema con gasolina de un par de restaurantes en dicho municipio.
— Jesús Rubén Peña (@revistacodigo21) March 18, 2025
Agregó que ya tienen identificados vehículos utilizados por criminales para incendiar locales. pic.twitter.com/etYUzpt594
También atacaron la sucursal de Guadalupe
El siguiente capítulo se escribió el 23 de marzo en Guadalupe. En el centro comercial SunMall, sobre la avenida Pablo Livas, alguien dejó un supuesto artefacto explosivo en una sucursal. Por suerte, no detonó. Elementos de la Fiscalía acudieron y confirmaron que este incidente guarda relación con los ataques de Apodaca. La tensión crecía, y nadie sabía dónde golpearían después.
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— Jesús Rubén Peña (@revistacodigo21) March 23, 2025
A una semana de que 2 restaurantes Pollo Loco fueron incendiados por criminales en Apodaca, esta mañana fue hallado un supuesto artefacto explosivo no detonado en otra sucursal de cadena sinaloense, en centro comercial SunMall de avenida Pablo Livas en Guadalupe. pic.twitter.com/fkZLF8w1k5
Esa misma noche, la violencia tocó otros puntos. Dos sucursales más enfrentaron agresiones. En el sector Solidaridad de Monterrey, desconocidos lanzaron bombas molotov que dañaron parte del local. En el centro de Santa Catarina, otro ataque similar dejó destrozos. No hubo heridos, pero el mensaje quedó claro: alguien tiene a Pollo Loco en la mira. Los empleados temen por su seguridad, y los clientes dudan en volver.
Luis Enrique Orozco, vicefiscal de Nuevo León, asegura que los casos forman un patrón. Fuerza Civil, rescatistas y bomberos han respondido en cada emergencia, pero los agresores escapan sin dejar rastro. Las teorías van desde extorsión hasta venganzas personales o incluso conflictos políticos, aunque nada se confirma aún. La cadena, por ahora, guarda silencio oficial. José Ochoa, operador local y parte de la familia fundadora, no ha dado declaraciones.
¿Quién fundó la cadena Pollo Loco?
Pollo Loco no es cualquier negocio. Juan Francisco “Don Pancho” Ochoa lo fundó en 1975 en Guasave, Sinaloa, con una receta que heredó de su madre. Esa mezcla de piña, naranja y especias le dio al pollo a la parrilla un sabor único que conquistó paladares. Todo empezó con 43 pollos vendidos en un local que antes fue zapatería. Con 30 mil pesos, Don Pancho apostó por su idea tras una experiencia frustrante: quiso comprar un pollo asado en otro lugar y lo rechazaron por falta de existencias.

Desde ese día, el negocio despegó. Primero creció en Guasave con apoyo de sus hermanos y primos. Luego se extendió a Michoacán, Coahuila y Nuevo León. En 1980, abrió su primera sucursal internacional en Los Ángeles, California. Con el tiempo, unificó la marca, cobró regalías y llegó a casi 500 sucursales en México, Estados Unidos, Singapur y Japón. La familia Ochoa aún maneja la operación mexicana, un imperio que nació de una chispa en Sinaloa.
En redes, Pollo Loco presume su Burrito Loco y su lema “Todo es mejor con Pollo Loco”. Pero en Nuevo León, la realidad es otra.
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