Una mañana que debía ser como cualquier otra se convirtió en tragedia para la familia de Alana, una niña de 8 años que perdió la vida el pasado lunes mientras se dirigía a la escuela. Según relatos de su madre, Paulina Almanza, Alana fue vícitima de los disparos realizados presuntamente por agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía de Guanajuato. Ellos intentaban detener a su padre, acusado de tentativa de feminicidio. Las últimas palabras de la pequeña:
“Papi, me dieron, tengo sangre y tengo miedo”, han resonado como un desgarrador eco que ha conmocionado a la sociedad mexicana.
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Policías iban por el papá de Alana
El incidente ocurrió en una calle de San Miguel de Allende, cuando los agentes, en un operativo para capturar al padre de Alana, habrían abierto fuego en circunstancias aún no esclarecidas. La madre de la niña denuncia que la acusación contra su esposo es falsa y que el uso excesivo de la fuerza resultó en la muerte de su hija.
“Mi hija merece justicia, no puedo creer que me la arrebataran así, era una niña inocente”, expresó Paulina entre lágrimas durante una entrevista con medios locales.
La familia exige que el caso se investigue como feminicidio y que se castigue a los responsables.
En redes sociales, habitantes de San Miguel de Allende y otras ciudades del estado han manifestado su indignación: “¿Cómo es posible que una niña muera por un operativo mal ejecutado? Esto es el colmo de la ineptitud”, escribió un usuario en X. Otros han organizado vigilias y protestas frente a las oficinas de la Fiscalía, portando carteles con mensajes como “Justicia para Alana” y “Basta de violencia contra los inocentes”. En las calles, vecinos describen a Alana como una niña alegre y curiosa, cuya pérdida ha dejado un vacío en la comunidad. “Era una pequeña que saludaba a todos, no merecía esto”, comentó una vecina con la voz entrecortada.
Fiscalía de Guanajuato investiga si hubo negligencia en el caso
La Fiscalía de Guanajuato emitió un comunicado afirmando que se investiga el caso y que se determinará si hubo negligencia o abuso de autoridad por parte de los agentes involucrados. Sin embargo, la respuesta oficial no ha calmado los ánimos. Organizaciones civiles y defensores de derechos humanos han alzado la voz, señalando que este incidente es un reflejo de la crisis de seguridad y la falta de protocolos en las fuerzas del orden en el estado, que registra uno de los índices de violencia más altos del país.
Pablo González Sierra, abogado de la familia Pérez Almanza, calificó como feminicidio el asesinato de la menor y exigió, en nombre de la familia, sanciones penales contra los responsables, el restablecimiento de la dignidad de la familia. Dijo que en redes sociales ha recibido diversos mensajes de odio, una disculpa pública y la aceptación de responsabilidad del Estado, en virtud de que el delito fue cometido por servidores públicos.
El abogado denunció que, tras la detención, los policías golpearon a su cliente y relató que, la mañana de los hechos, Alán iba a dejar a sus hijas a la escuela. En ese momento un auto sedán color blanco con vidrios polarizados, sin identificaciones ni torreta, les cerró el paso y de él bajó un sujeto vestido de civil portando un arma.
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