En su recién lanzado libro de memorias titulado “Los años de las luchas”, el expresidente francés Nicolas Sarkozy arroja luz sobre un oscuro episodio diplomático entre Francia y México durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.

El foco de atención se centra en el papel del exsecretario de Seguridad Pública mexicano, Genaro García Luna, a quien Sarkozy describe como teniendo un “papel decisivo” en la administración de Calderón.

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En el libro, Sarkozy revela que García Luna, el hombre a cargo de la seguridad pública en México, ejercía un control significativo sobre Calderón, al punto de dictar su voluntad al Presidente.

El expresidente francés relata cómo inicialmente hubo indicios alentadores de que Calderón consideraría trasladar a la ciudadana francesa Florence Cassez a su país natal para cumplir parte de su condena, pero las cosas tomaron un giro inesperado.

Según Sarkozy, la relación se tornó tensa durante una cena oficial con Calderón y su esposa Margarita Zavala, donde el expresidente francés mencionó el nombre de Florence Cassez.

La respuesta violenta de Calderón sorprendió a Sarkozy, quien anteriormente había recibido una carta del presidente mexicano mostrando disposición a abordar el caso de Cassez de manera positiva.

El exmandatario francés sugiere que detrás de este cambio abrupto de postura se encontraba la influencia de Genaro García Luna, actualmente detenido en Estados Unidos por cargos de narcotráfico.

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García Luna, según Sarkozy, orquestó un montaje televisivo en el que Cassez fue implicada en una banda de secuestradores, un caso que finalmente resultó en su liberación en 2013 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Sarkozy revela en sus memorias que, incluso después de la cena malograda, persistió en su intento de llevar a Cassez a Francia para cumplir su condena.

Describió las presiones ejercidas por Calderón sobre el Poder Judicial y los ministros de la SCJN para que no fallaran a favor de Cassez, un comportamiento que él compara con “prácticas indignas de una dictadura”.

El expresidente francés destaca la intervención de la Iglesia mexicana, que realizó una investigación independiente sobre el caso.

Según Sarkozy, el informe de la Iglesia concluyó que Cassez era inocente y que el caso era un montaje vergonzoso por parte de las autoridades mexicanas.

El relato de Sarkozy arroja nueva luz sobre las tensiones diplomáticas entre Francia y México en este caso, así como las presiones políticas y la manipulación de pruebas que rodearon el proceso judicial.

Con Calderón actualmente viviendo en España y García Luna detenido en Estados Unidos por cargos graves, las revelaciones de Sarkozy ofrecen una perspectiva única sobre un capítulo controvertido en la historia reciente de ambas naciones.

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