Una investigación realizada por Latinus ha desatado un escándalo de corrupción que salpica directamente al gobierno de México y a la familia del Presidente López Obrador

En una serie denominada “El Clan”, se ha descubierto una red de tráfico de influencias y negocios liderada por Andy y Gonzalo “Bobby” López Beltrán, hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador, que estaría implicada en un turbio asunto relacionado con el proyecto emblemático del gobierno: el Tren Maya.

Familia del Presidente López Obrador en red de corrupción

Según las revelaciones, el llamado “Clan” habría suministrado miles de metros cúbicos de balasto al Tren Maya sin contar con las certificaciones de calidad necesarias.

Este balasto, esencial para la construcción de las vías del tren, habría sido proporcionado por Amílcar Olán, contratista vinculado a gobiernos de Morena e íntimo amigo de los hijos del presidente.

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Lo más alarmante es que, según las conversaciones obtenidas por Latinus entre Amílcar y Pedro Salazar Beltrán, primo de los López Beltrán, se revela cómo se llevó a cabo un soborno al laboratorio encargado de realizar las pruebas al balasto.

En los audios, Pedro se mofa del entramado de corrupción y minimiza la importancia de la calidad del balasto, llegando incluso a decir:

“Ya cuando se descarrile el tren (Maya), ya va a ser otro pedo”.

Estas revelaciones no solo arrojan serias dudas sobre la integridad del proyecto del Tren Maya, sino que también cuestionan la eficacia del discurso anticorrupción del presidente López Obrador.

La impunidad aparente con la que actúan los miembros del “Clan”, respaldados por su cercanía con el poder político, plantea interrogantes sobre la verdadera voluntad del gobierno para combatir la corrupción.

Hasta el momento, no se ha anunciado ninguna investigación oficial sobre este escándalo, lo que alimenta aún más las sospechas de encubrimiento y complicidad.

Mientras tanto, la sombra de la tragedia planea sobre el Tren Maya, recordando el fatídico precedente de la Línea 12 del Metro, donde la corrupción tuvo consecuencias mortales.

Este último episodio de corrupción sacude los cimientos del gobierno mexicano y plantea desafíos urgentes en términos de transparencia y rendición de cuentas.

La sociedad espera respuestas claras y acciones contundentes para evitar que intereses particulares sigan primando sobre el bienestar y la seguridad de la población.

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