Nuestro vecino del norte ha elegido a su próximo presidente para los siguientes cuatro años. Una vez más, Donald Trump se alza con la victoria para ocupar la Casa Blanca, donde tendrá la tarea de devolver a Estados Unidos el papel protagónico que ha venido perdiendo en los últimos años.
La elección en Estados Unidos se pronosticaba como muy cerrada debido al contraste entre ambos candidatos y lo que representaban. Por un lado, Kamala Harris defendía las causas de las minorías, la lucha de las mujeres en la política y las demandas históricas de las personas de origen hispano y afroamericano, enarbolando una agenda progresista y de izquierda. Por el otro lado, Donald Trump, un empresario multimillonario, representaba las causas y los valores conservadores que en su momento simbolizaron la identidad cristiana y occidental de Estados Unidos.
La elección se desarrolló de manera fluida y con una participación superior al 50%, lo que permitió medir el verdadero sentir del pueblo norteamericano. El resultado favorable a los republicanos fue contundente, despejando especulaciones y confirmando la voluntad de la mayoría. Trump ganó todos los estados clave, lo que le permitió además obtener la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes.
Con estos factores a su favor, se anticipa un gobierno de Trump que buscará reordenar el caos social y de seguridad en Estados Unidos, fortalecer y reposicionar la economía del país, y desarticular la agenda “woke” que ha permeado en los últimos años.
En cuanto a las implicaciones para México, la situación se presenta con incertidumbre y temor. Trump ha destacado por su intención de implementar una política migratoria sumamente estricta y dura hacia los latinos. Además, ha anunciado su estrategia de enfrentar a los cárteles mexicanos para frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos, lo que pondrá a prueba la postura del gobierno mexicano respecto a la protección o el combate al narcotráfico.
En el ámbito económico, se avecina la renegociación del T-MEC, y aún se desconoce cuánto podrán endurecerse las condiciones para México y cuál será el impacto de estos cambios.
El tiempo lo dirá y moldeará el devenir de los acontecimientos. Esperemos que este cambio en el poder del país más influyente del mundo resulte beneficioso tanto para la sociedad norteamericana como para México y el resto del mundo.
