La entrada de Trump al poder ha comenzado con el pie izquierdo para los planes de la 4T y la presidenta Sheinbaum. Es interesante la dinámica que se está generando, aunque resulta angustiante para nuestro país.
En primer lugar, observamos dos gobiernos de corrientes políticas opuestas: en México hay un gobierno de izquierda, más afín a los modelos sudamericanos —como lo ha demostrado MORENA desde el sexenio pasado, con “distinguidos” invitados como Nicolás Maduro y Evo Morales, entre otros—, mientras que Trump muestra una clara tendencia hacia la derecha libertaria, aliándose con figuras como Javier Milei, Santiago Abascal y Giorgia Meloni.
Más allá del espectro ideológico que guía las políticas en ambos lados de la frontera, los mandatarios han optado por la ofensiva en lugar de buscar puntos de acuerdo convenientes para ambos países.
Un ejemplo de ello son los aranceles que se han impuesto mutuamente, lo que supone una clara desventaja para México dada la magnitud de sus exportaciones.
Resulta especialmente interesante observar cómo, por primera vez desde que asumieron el poder, el omnipotente y omnipresente MORENA se encuentra con el pie en el cuello.
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En otras palabras, durante los últimos seis años la 4T se acostumbró a actuar sin restricciones, sin que nadie pudiera detenerla o hacerle sombra. De ahí las burlas y el humor que día a día se dirigen contra la oposición, el empresariado, los medios de comunicación y la sociedad civil.
Sin embargo, Estados Unidos es un actor que puede poner en jaque a México y, evidentemente, es más poderoso que nosotros en prácticamente todos los ámbitos.
Así, siempre habrá alguien más grande, lo que ha dejado con cara de incredulidad e impotencia a las cúpulas más altas de MORENA, pues la demagogia, la retórica y la politización de apoyos sociales no sirven de nada contra Trump, evidenciando aún más su incompetencia para abordar los problemas de forma real y útil para México.
La presidenta deberá asumir su rol, reconociendo que México, a pesar de ser un país menos desarrollado, tiene gran relevancia para Estados Unidos.
Sin dejar de lado la defensa de nuestra dignidad y soberanía, debe enfocarse en implementar lo necesario para que los mexicanos disfruten de una vida mejor, y no más complicada de lo que ya es.
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