Han pasado alrededor de 15 días desde la toma de posesión de los nuevos ayuntamientos y, hasta ahora, no se ha visto con claridad si existe un plan para transformar los municipios de Puebla, especialmente su capital.
La ciudad de Puebla, ahora gobernada por MORENA bajo el liderazgo del alcalde José Chedraui, ha prometido convertirse en la “capital imparable,” donde una visión empresarial y de negocios parece estar a cargo del ayuntamiento morenista, algo que bien podría considerarse como el sello personal del nuevo presidente municipal.
No obstante, en estos primeros días de la administración, han surgido problemas administrativos, pues en varias áreas del Ayuntamiento ni siquiera han logrado concluir los procesos de entrega-recepción.
Asimismo, no se ha mostrado una intención inmediata de presentar un plan de gobierno técnico que especifique las acciones y políticas que se implementarán, lo que deja a la ciudad en un estado de mantenimiento básico, sin una proyección clara de crecimiento, al menos por el momento
Desde el ámbito político, también se observan temas interesantes.
Lo primero que destaca es el pasado priista y “fifí” del alcalde, algo que puede resultar contradictorio frente a los principios de MORENA.
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Sin embargo, más allá de esto —que parece común actualmente en el partido en el poder—, se puede observar, aprovechando las fechas cercanas a Halloween, una especie de “Frankenstein” político creado por la fusión de grupos dispares: morenistas “puros” divididos entre barbosistas y armentistas, con algunos perfiles afines a Ignacio Mier.
Esto sin olvidar a los expriistas que migraron del tricolor junto con el alcalde y los exmorenovallistas, quienes probablemente serán incómodos para los líderes de las causas populares dentro de la administración.
Sin embargo, habrá que dar el beneficio de la duda a esta, como a todas las nuevas administraciones, y esperar a que tracen su propio rumbo.
Lo que sí podemos anticipar es que la curva de aprendizaje de este ayuntamiento será empinada y difícil, ya que vemos conflictos para concretar la sucesión respecto a la administración anterior, así como el regreso de problemáticas en la ciudad que se creían superadas, como el comercio ambulante en el centro histórico.
Resta ver si el nuevo alcalde logrará cumplir con su visión moderna y vanguardista de una “capital imparable” o si esta administración será más similar a la de Claudia Rivera que a una eficiente, como inicialmente se proyectó.