A casi 60 días del inicio de la administración del alcalde José Chedraui, podemos observar el rumbo inicial que está tomando el Ayuntamiento, así como su proyección y los problemas que comienzan a surgir del ejercicio del poder. No obstante, el arranque de esta administración se ha visto particularmente entorpecido por procesos llevados a cabo de manera lenta y poco efectiva, lo que ha retrasado el inicio de los proyectos y planes que el nuevo presidente municipal tiene para la ciudad.
Uno de los problemas más evidentes es la incapacidad de frenar la inseguridad, donde incluso parece que esta tenderá a aumentar, cuando en campaña fue precisamente una de las principales críticas hacia la administración anterior. Otro aspecto preocupante es la reinstalación del comercio informal en el centro histórico, un problema que parecía haber quedado en el pasado.
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Bajo la mirada del presidente municipal, Puebla se proyecta como una ciudad moderna, con grandes alcances económicos y comerciales que permitan a su economía crecer sustancialmente. Esto, a su vez, generaría más y mejores oportunidades laborales para las y los poblanos.
Es cierto que parece muy pronto para emitir un juicio definitivo sobre esta administración. Sin embargo, el tiempo dará la razón a unos u otros. Lo que sí es evidente es que será necesario mejorar sustancialmente si se quieren alcanzar las aspiraciones, promesas y, sobre todo, el nivel de gobierno que se ofreció en campaña.
Puebla merece un gran gobierno. Es una ciudad con una población numerosa, una economía robusta a nivel nacional, cientos de universidades e instituciones académicas, una rica historia y, por supuesto, la mejor gastronomía de todo México.
Con todas estas fortalezas, Puebla, como bien se busca, debe ser la capital imparable. Pero no debe ser recordada como la ciudad donde el crimen, la violencia o la pobreza sean los factores imparables. El tiempo dirá, pero lo fundamental es que siempre prevalezca el bienestar de las y los poblanos. Pase lo que pase, la ciudadanía ha demostrado a lo largo de la historia ser el verdadero motor que hace de Puebla un lugar imparable.