El día de ayer se dio uno de los capítulos más vergonzosos en la historia de “la 4T” (y miren que ha habido varios). En los primeros minutos del miércoles, se consumó la imposición de la señora Rosario Piedra Ibarra al frente de la CNDH por otros 5 años más. Algo tan asombroso, como desalentador, veamos.
Rosario Piedra fue impuesta por instrucciones de AMLO hace 5 años, en medio de una elección fraudulenta en el Senado de la República, en la que tuvieron que hacer “perdedizos” dos votos y se los contabilizaron a Ibarra, para que alcanzara la mayoría calificada. Está documentado: (417) MORENA hizo FRAUDE 😵💫 en 2019 con ROSARIO PIEDRA y la CNDH: recuerda RICARDO ANAYA con video 😨 – YouTube . Así llegó al cargo Piedra Ibarra, con un robo legislativo. Eran los primeros meses de la 4T y el escándalo se olvidó rápido.
A lo largo de su gestión, Rosario Ibarra fue totalmente complaciente con la persona que lo impulsó, nunca cuestionó al gobierno de AMLO, nunca lo tocó con el pétalo de una recomendación, nunca se puso del lado de las víctimas, siempre solapó al poder, nunca fijó una postura ante las cientos de denuncias por violaciones a los #DDHH por parte de las fuerzas armadas, por el contrario, por momentos hasta justificó su actuar. En fin, una administración, para olvidar.
Hace unas semanas, cuando el Senado de la República emitió la convocatoria para elegir al nuevo(a) Presidente del Organismo, Rosario Piedra, ni si quiera figuraba, nadie en su sano juicio pensaba que pudiera reelegirse. Sin pena alguna, se inscribió en la contienda para repetir en el cargo, fue la PEOR evaluada en el proceso de selección. Incluso la gente de Morena (al principio) decían que “no era sano” que se reeligiera. Y cabe hacer mención también que, tampoco era la carta de la actual presidenta Claudia Sheinbaum para ocupar esa posición, su favorita era Nashieli Ramírez, quien había ocupado esa misma cartera en la CdMX, cuando la hoy presidenta era Jefa de Gobierno.
De pronto, una llamada cambió todo. El martes comenzó a cobrar fuerza la posibilidad de que Piedra Ibarra fuera reelecta. ¿Cómo era posible, después de haber hecho un trabajo tan decepcionante, y después de haber sido la PEOR evaluada en el proceso de selección (incluso por los legisladores de Morena)? Por una sencilla razón: era la favorita del ex presidente, ¡punto!
Entonces comenzaron los cabildeos. Se rumoraba que había inconformidad en la bancada guinda, se hablaba de una posible división. Se tensaron las cosas, subió de tono el diálogo. Al final, mágicamente, la aplanadora de la 4T aprobó la reelección de Rosario Piedra Ibarra hasta con dos votos de más, ahora sí sin fraude (con presiones, pero sin fraude).
Al día siguiente había una sensación generalizada de asco, tristeza y enojo. Hasta los más serviles columnistas de la 4T como Viri Ríos, Julio Astillero y Álvaro Delgado se inconformaron por la designación. Aunque no lo dijeron explícitamente, fue demasiado burda la imposición, todo por cumplir el capricho de quien “ya no está”. A nadie le conviene que haya un poder detrás del poder, o peor aún, ENCIMA del poder formalmente constituido.
Con esta designación, perdimos todos: la presidenta Claudia Sheinbaum, porque perdió un importante round con su antecesor. Pierde Morena y sus aliados, porque quedaron una vez más como serviles. Y sobre todo, pierde (perdemos) la ciudadanía, porque tendremos otros 5 años sin Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la oficina será utilizada como despacho de defensa de todo el sexenio anterior, y algunas cosas del actual.
Qué pena da Morena, de verdad. Tanto luchar desde la oposición, para llegar a hacer las mismas ch%ng@d#r@s. Pobre de su militancia, castrada de autocrítica y acostumbrada a defender lo indefendible. Ojalá un día recuperen el habla, su conciencia y su dignidad…
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