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Posted inPoder y política

El golpe a la República

¿Golpe de estado o golpe a la República?
¿Golpe de estado o golpe a la República?

El término golpe de estado tiene múltiples acepciones y ha cambiado a lo largo del tiempo. Según Norberto Bobbio, estos cambios tienen que ver con los actores que lo ejecutan, y cómo lo ejecutan, pero un elemento que no cambia, es que, el golpe de estado es un acto llevado a cabo por parte de órganos del mismo estado.

Para complementar esta primera aproximación a lo que es un golpe de estado, vale la pena citar también al filósofo del medioevo, Gabriel Naudé, quien decía que: el golpe de estado es un acto del soberano (rey) para fortalecer su propio poder, realizado de manera sorpresiva, para evitar reacciones contrarias por parte de aquellos que deban sufrirlo.

Normalmente cuando pensamos en un golpe de estado, en la actualidad, solemos relacionarlo con actos de violencia, en medio de una escena con tanquetas, con militares irrumpiendo en edificios públicos, sometiendo a la población, etc. No necesariamente. Eso es un golpe militar (no confundir). Los golpes de estado son realizados por civiles, desde instituciones civiles, por parte de los órganos del mismo estado (como diría Bobbio).

De hecho, más recientemente, en la Ciencia Política contemporánea, comienza a introducirse el término de “golpe de estado técnico”, precisamente para diferenciar aquellos golpes realizados por la fuerza (física), y aquellos golpes realizados por la coerción. Lo que vimos ayer en el Senado mexicano, es un ejemplo de lo anterior, veamos:

Para nadie es un secreto que Morena y sus aliados NO tenían los votos necesarios en el Senado, para alcanzar la mayoría calificada -que exige la constitución- para concretar su reforma constitucional conocida como “Plan C” (que los jueces se elijan por voto popular). Incluso, en un intento desesperado (antes de lo que finalmente hicieron) intentaron vender la narrativa de que ya tenían los votos suficientes: que las 2/3 partes eran 85 Senadores y no 86. Decían que las 2/3 partes de 128 son 85.3, pero como “no hay punto 3 de Senador”, con los 85 bastaban. Al final se les demostró que, la propia SCJN (desde hace años, no de ahorita), había establecido el criterio de que, como no existen legisladores decimales, todas las decisiones se tienen que redondear hacia arriba. Fin del debate.

Eso, en cualquier país democrático, sería suficiente para acabar con el proyecto de Reforma: No prosperó, ¡punto! En la democracia se gana y se pierde por un voto. Pero eso, para la ambición presidencial, era simplemente inaceptable, y entonces vimos la peor cara del régimen (hasta el momento).

Como no cuajó el argumento de los 85 votos, el oficialismo se volcó -literalmente- para conseguir el ansiado voto. Fueron días de mucha tensión. La oposición denunció públicamente intentos de acercamiento del oficialismo por distintas vías y presiones de todo tipo: amenazas, sobornos, chantajes, etcétera. El ofrecimiento -dicen- era que simplemente no se presentaran a la sesión (y jugar con la aritmética de quórum), o bien, otro tipo de negociaciones: A quienes tenían procesos legales, les ofrecieron cancelarlos, y quienes no tenían, les ofrecían dinero o procesos penales (incluidos familiares cercanos). La oposición atrincheró y jugó bien sus fichas. En un ejercicio inédito, tanto el PRI como el PAN (por separado) dieron ruedas de prensa con todos sus legisladores para anunciar que ninguno se ausentaría y ninguno doblaría las manos. Uno por uno fueron cantando el sentido de su voto, en una especie de compromiso público ante la ciudadanía (algo que por cierto, debería volverse habitual). MC hizo algo similar desde sus redes sociales.

El oficialismo estaba atorado. Parecía que se lograría lo imposible: detener al régimen por la vía democrática. Toda la República sostenida con 43 alfileres. El país en vilo. Comenzaron entonces a trascender los nombres de los posibles “traidores”, eran 2: Miguel Ángel Yunes Márquez, del PAN, y Daniel Barreda Pavón, de MC.  Ambos habían sostenido y reiterado días antes que votarían en contra de la reforma.

Llegó el día de la votación. En las primera horas de la mañana se informaba de la posible detención del Senador Barreda (MC) y de su padre. La información era confusa. Conforme avanzaron las horas se supo que el Senador NO fue detenido, pero sí su padre, quien fue detenido en su domicilio por elementos de la Guardia Nacional. El Senador no se presentó a la sesión. Un voto menos para la oposición, que jugó a favor de la reforma. El oficialismo lo había logrado.

Por otro lado, Yunes Márquez presentó una licencia alegando “problemas de salud”. En su lugar, se presentó su suplente, que es su papá (sic), ambos, papá e hijo, con procesos legales en contra🤦🏻‍♂️. Miguel Ángel Yunes (papá), quien en el pasado había sido un duro crítico de López Obrador, fue recibido entre aplausos por la bancada de Morena, a su llegada al recinto del Senado, para anunciar el voto a favor de la Reforma. ¿Cómo lo convencieron? ¿Dinero? ¿Cancelación de sus procesos legales? ¿Ambas? No sabemos. El caso es que el oficialismo ya tenía el voto que le hacía falta. “Haiga sido, como haiga sido”.

¿Se vale lo que hicieron? ¿Fue legal? ¿Fue democrático? ¿Es legítimo que el régimen se valga de todos los medios para conseguir los votos que les hacen falta? ¿Es normal que en un régimen democrático sucedan estas cosas? Un Senador amedrentado y otro comprado (para decirlo con todas sus letras); que además, se suman a los otros dos que se cambiaron a la bancada de Morena justo al inicio de la legislatura (en una clara traición a sus electores). Algunos pueden decir que fue algo “legal”, pero definitivamente no puede considerarse como algo legítimo, y menos legitimable. Tampoco puede decirse que se trató de un simple “desaseo político”, es mucho más grave que eso: es la coerción por parte de quienes detentan los órganos de poder del estado, para tener más poder, y en este caso, para cooptar al otro poder público que les faltaba.

Fue, a todas luces, ‘un golpe de estado técnico’, o si quieren matizarlo, porque les da miedo reconocerlo, fue un golpe a la República…

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Iván Galindo

Iván Galindo

Licenciado en Ciencias Políticas por parte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con Maestría en Derecho Constitucional y Derechos Humanos. Ha sido colaborador en varios medios de comunicación...