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Una moneda sobrevaluada no es un superpeso

Una moneda sobrevaluada no es un superpeso
Una moneda sobrevaluada no es un superpeso Foto: ApartadoMex

Una moneda sobrevaluada no se considera una “supermoneda”. No existe el llamado superpeso y es una ofensa a la inteligencia, o falta de la misma, llamarlo así.
La sobrevaloración de una moneda ocurre cuando su valor nominal o tipo de cambio es más alto de lo que su valor real o fundamentos económicos (la inflación, la inversión, la deuda pública o el crecimiento económico) justifican.
Esto puede ocurrir por varios motivos, como una demanda excesiva especulativa, una excesiva entrada de dólares por remesas u otros motivos no ligados a la inversión, incluso delincuenciales; o incluso intervenciones del gobierno para mantener artificialmente el valor de la moneda.
Una moneda sobrevaluada puede tener consecuencias negativas para una economía. Puede hacer que los productos y servicios producidos en el país sean más caros en los mercados internacionales. Lo que puede afectar negativamente las exportaciones y la competitividad de las empresas nacionales. También puede generar problemas de inflación interna, ya que los bienes importados se vuelven más baratos y pueden competir con los productos locales.
Por lo tanto, una moneda sobrevaluada no se considera una “supermoneda” porque su valor inflado no refleja necesariamente una economía sólida o un sistema financiero saludable. En cambio, puede ser un indicador de desequilibrios y distorsiones en la economía. Que eventualmente pueden corregirse mediante ajustes en el tipo de cambio, inversiones productivas o políticas monetarias adecuadas.
Cuando hay una sobreoferta de dólares por remesas y exportaciones sin inversión interna suficiente, pueden surgir varios efectos negativos en la economía:
Apreciación de la moneda local o ilusión monetaria: El exceso de oferta de dólares puede llevar a una apreciación de la moneda local. Esto significa que el valor de la moneda local aumenta en relación con otras monedas, lo que puede tener consecuencias negativas para las exportaciones. Los productos y servicios producidos en el país se vuelven más caros en los mercados internacionales. Lo que dificulta la competencia y puede reducir las ganancias de las empresas exportadoras.

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Deterioro de la competitividad: La apreciación de la moneda puede hacer que los productos importados sean más baratos en el país. Esto puede llevar a 13 de julio de 2023 una mayor competencia para las empresas locales, especialmente aquellas que no son exportadoras. Si no hay una inversión interna suficiente para mejorar la productividad y la eficiencia, las empresas nacionales pueden tener dificultades para competir con los productos importados. Lo que puede afectar su viabilidad y conducir a la pérdida de empleos.
Impacto en la balanza de pagos: Una sobreoferta de dólares puede generar desequilibrios en la balanza de pagos de un país. Si las exportaciones no son suficientes para compensar las importaciones, puede haber un déficit comercial, que es lo que ya está pasando en México. Esto puede requerir que el país utilice sus reservas internacionales. O recurra a la deuda externa para financiar el déficit, lo cual puede generar problemas de sostenibilidad financiera a largo plazo.
Se reduce el poder adquisitivo de las remesas. El receptor recibe menos pesos por los dólares remitidos y tiene que adquirir mercancías afectadas por la inflación. Doble efecto negativo para las familias más pobres.
Menor incentivo para la inversión interna: Si las remesas y las exportaciones son las principales fuentes de dólares en la economía, puede haber un menor incentivo para la inversión interna. Las empresas pueden optar por mantener sus ganancias en dólares en lugar de invertirlas en proyectos locales, lo que puede limitar el crecimiento económico y la generación de empleo.
En pocas palabras: una sobreoferta de dólares sin inversión interna suficiente puede llevar a una apreciación de la moneda local, deteriorar la competitividad de las empresas locales, generar desequilibrios en la balanza de pagos, propiciar acciones delictivas, afectar el poder de compra de las clases de menos recursos, y reducir el estímulo para la inversión interna. Estos efectos pueden tener un impacto negativo en el crecimiento económico y el desarrollo sostenible del país. Tener una moneda cara en relación al dólar no equivale a tener un superpeso.

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Adalberto Füguemann

Adalberto Füguemann

Economista, conferencista y consultor Asociado y Generador de Alianzas Estratégicas para las firmas Taller Especializado de Arquitectura Mexicana, APLA Consultores, STA Consultores y Esfera