SUPER BOWL 2024: Nos guste o no, el Super Bowl (Súper Tazón para los puristas) es el deporte-espectáculo-negocio más importante y mediático del mundo. Cerca de 250 millones de telespectadores estuvieron ayer frente a sus aparatos disfrutando el esperado encuentro y el no menos esperado “Show del medio tiempo” que, además de quitarle ritmo al partido, le aporta varios millones de televidentes más.
Independientemente del resultado del partido entre San Francisco y Kansas City, el evento tiene un impacto económico que vale la pena analizar, toca directamente a la economía mexicana y se puede ligar, directa o indirectamente, con fenómenos como la escasez o la inflación.
Las cifras más relevantes del evento
Se jugó en Las Vegas, Nevada, que obtuvo la sede mediante licitación, destacando su oferta de más 150,000 habitaciones disponibles para recibir a cualquier cantidad de visitantes, el arribo de turistas, visitantes, fanáticos y ludópatas se estimó en 425 mil personas.
El Allegiant Stadium de Las Vegas albergó a 64,827 personas, lleno total. ¿Qué hacían los otros 360,173 visitantes? Probablemente siguieron el juego en pantallas, pantallitas y pantallotas “ad-hoc”, seguramente generaron la derrama turística económica más importante del año para la capital del Condado de Clark, Nevada, cifra superior a los 812 millones de dólares (cantidad similar a la del faltante de SEGALMEX, que aún no se ha aclarado aquí en México).
El que pudo conseguir un boleto, en preventa o compra regular, pagó hasta 9,000 dólares, la reventa se cotizó entre los 11,250 hasta los 44,500 dólares, lo que se traduce en hasta en 700 mil pesos mexicanos, ¡Y sobraban demandantes). La última adquisición reportada superó los 50 mil dólares (se dice que de un político mexicano).
Fue en 2021 cuando se realizó la licitación correspondiente para poder constituirse como sede de la justa de futbol americano más importante de los Estados Unidos.
La presentación estelar del medio tiempo llegó a los hogares de 130 millones de espectadores, en Estados Unidos y cerca de 250 millones en todo el mundo, cifra solo superada por la final de la Copa del Mundo, pero ésta es solo cada cuatro años. México “contribuyó” con 16 millones de televidentes, con sus respectivas botanas y guacamole, infaltable en el evento, por causas desconocidas. de acuerdo con Billard.
Para el evento de este año, los estadounidenses tuvieron gastos directamente relacionados con el partido de 140 dólares (alrededor de 2 500 pesos mexicanos) destinados solo a este evento, un incremento del 16 por ciento sobre el año pasado, siendo la principal razón del efecto de la inflación en los precios de los insumos. Otro impacto económico, que nos muestra que los aumentos de precio son superiores a las inflaciones “oficiales”.
Los anunciantes en los espacios televisivos, el mayor escaparate del juego, pagaron alrededor de 7.5 millones de dólares por un spot de 30 segundos. Y compitieron, para captar la atención del espectador, por el anuncio más original e innovador. Hay que recuperar la inversión, ¡sí señor!
El Comité Organizador calcula que la derrama económica de todo el evento (sin contar el impacto mediático alcanzado) rondará en los 812 millones de dólares.
Para “nutrir el evento”, se adquirieron más de seis toneladas de papas fritas, más de 1.2 toneladas de nueces, almendras y cacahuates. Una de las cadenas de pizzas más importante del vecino país reportó este año la venta de más de un millón de unidades, lo que significó un 50 por ciento más de lo registrado durante un domingo regular.
AGUACATES CON ABRAZO
Y el punto más importante, el que atañe a México, previo, durante y posterior al destacadísimo encuentro, se consumieron más de 130 mil toneladas de aguacate. Un super Tazón sin guacamole no es Super Bowl, ¡Faltaba menos! El 90% de ese consumo fue de productos originarios de los Estados de Michoacán y Jalisco, el resto se originó en Perú, Colombia y Chile, que recién apareció en tan socorrido mercado.
Bueno, pues cifras aparte, el fenómeno es importante por el precio estratosférico que el producto ha alcanzado, para México y para el mundo. Los productores de Michoacán y Jalisco enfrentan, además del alza de los insumos, fertilizantes, plaguicidas, agua, combustible, etc., el costo -que va directo al consumidor- el pago de “derecho de piso”, hoy por hoy el factor inflacionario más importante del sector agropecuario. Agricultores michoacanos reconocen que por años han tenido que pagar “un impuesto informal”, pero que en temporada de cosecha se incrementa la cuota a miembros del crimen organizado.
Cifras extraoficiales de los propios productores -las “oficiales” no existen, solo cuantifican los abrazos- señalan que este “impuesto adicional”, llega a afectar hasta en 30% el precio del producto, caso similar al del limón, del que somos el segundo productor más grande del mundo. Si a esto agregamos que, cuando llega a los comercios o mercados de venta al público, hay que agregarle otro 5% o 10% de “derecho de piso” (más abrazos), encontramos la causa no climática de los altísimos precios al consumidor que debería de pagar un 40% menos por el producto, porque en las cajas les piden dinero constante y sonante ¿Ya fue usted al súper esta semana e intentó pagar con abrazos? Seguro no se los aceptaron.
El Super Bowl es lo que es para sus actores directos, para nosotros es la muestra del sol y la sombra de un sector líder mundial, afectado por el temor y la inseguridad, precio que va directo al consumidor, no cabe duda, y que se reflejará, en el corto plazo, como escasez, inflación y harán que productos de consumo masivo general, se conviertan en artículos gourmet o desplazados de los mercados internacionales por países como Inglaterra que, a causa del cambio climático, ha iniciado con éxito la siembra del aguacate, o la India, hoy ya primer productor y exportador de limón en el mundo.
Y no son malos augurios, son pruebas empíricas. México, cuna del maíz en el orbe, importa ya la mitad del que consume, pese a la promesa sexenal de contar con autosuficiencia o de la promesa de tener, incluso, una “reserva estratégica” como se prometió, en mayo del 2022 al presentarse el “Paquete contra la Inflación y la Carestía” (PACIC). Claro que es más importante el resultado del Super Bowl que recordar las promesas incumplidas y los compromisos de humo que afectan la calidad de vida de la población.
DE FONDO
El INEGI reporta un incremento en la inflación de enero del orden de 4.8%, tercer mes consecutivo al alza. Predominan los productos que más lastiman al bolsillo, frutas y verduras. Los organismos internacionales, más cautos, incrementaron sus pronósticos de inflación para este año, para el mundo y para México. A la mala planeación interna y a las políticas públicas de papel, se suma un año climáticamente adverso, año de pares… es de pesares.
DE FORMA
Los cálculos más optimistas, los oficiales, claro, prevén un crecimiento del 2.7% del PIB mexicano para este todavía incipiente 2024. Bueno, las remesas representan ya el 3.8% de ese PIB, es decir, el crecimiento interno será negativo en 1,1% y, sin duda, el sexenal cerrará con una economía con más habitantes, menos producción y, por obvias razones, con un ingreso y producto per capita inferior al de 2018. El tobogán de la pobreza.
DEFORME
El tiempo que dedica el sector oficial a un hashtag viral personal, contrastado con el poco que le dedica a la seguridad, a la vida cara y al trasfondo del problema migratorio. El gobierno para el pueblo se trastoca en el egoísmo personal. Hitler lo intentó y hundió a Alemania. Lecciones de la experiencia.