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Rumores

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DE FONDO: En su genial obra “RUMORES”, que debiera de ser lectura obligatoria para todos los mexicanos, Jean Noel Kapferer señala lo nocivo, pero trascendente, de la práctica del rumor como herramienta política, social y económica, amante de la distorsión y enemigo de la racionalización. El rumor, “…proposición relacionada con los acontecimientos cotidianos, transmitida de persona a persona con el objeto de que todos crean en él, sin que existan datos concretos que permitan verificar su exactitud”, está destinado a ser recordado como verdad, aunque no lo sea y su objetivo es convencer sin evidencias.

Como es notorio, y sensible, eso nos ha ocurrido en el último sexenio con notable puntualidad. Con rumores, la sociedad se divide, “todos los jueces son malos”, “tener más de un par de zapatos” es casi un atentado de lesa humanidad, “el Tren Maya no daña al medio ambiente”, “la Refinería ya produce”, “el INAI es corrupto”, “no hubo fraude electoral” (¿alguien ya revisó las actas?) y mil etcéteras más. Lo grave es que el rumor penetra, carcome, divide y daña a muchos, en beneficio de muy pocos.

El rumor puede permear a la sociedad de la misma manera que las noticias bien fundadas (un rumor “creó” al “monstruo del Lago Nech”) y provoca los mismos efectos movilizadores o inmovilizadores. Se basa en la fe más que en el conocimiento, en el que no se apoya, pero no nos damos cuenta de ello. Su contraveneno es la evidencia, pero muchas veces la negamos o no queremos, definitivamente, aceptarla. Simplemente sesgaron nuestra atención o no nos conviene.

Rumor fueron los “25 puntos de ventaja en mi encuesta”, que nunca se dio a conocer. Rumor fueron los “30 millones de votos”, que nunca se comprobaron y rumores son las expresiones de una arrolladora victoria cobijada por ciertos medios, transmisores de rumores, que buscan trascender con la negación de la duda sobre la actuación de un organismo alrededor del que se estableció un pacto de civilidad reconociendo su “calidad y su capacidad”. Ahora “la democracia existe solo si gano yo y el árbitro es imparcial solamente si marca tus faltas e ignora las mías”, contra eso, rumores.

OBJETIVIDAD: En torno a López Obrador (Sheinbaum todavía no, pero no tarda) se generaron, a tutiplén, supuestas encuestas de popularidad –la voz de la gente- que le dan un índice de aceptación que pocos, muy pocos presidentes –si acaso Adolfo López Mateos- han tenido al concluir su cargo. Rumores. Esto nos lleva a meditar que si los políticos tienen y quieren SU democracia y SUS instituciones, los medios también universalizan SUS posiciones e incitan al lector o al auditorio a amar o a odiar según SU punto de vista. Se ha perdido, pues, la objetividad.

“Todos los jueces son corruptos”, las obras magnas sin calidad, sin transparencia, sin concluir y sin costo conocido no importan, el rumor dice lo contrario. “La inseguridad no existe”, propaga el rumor, los 200 mil muertos no importan, recalca el rumor y resalta su corolario con “abrazos, no balazos”. Los miles de millones de pesos de “ayuda” social y los fraudes en alimentos y en medicinas no pesan, la deuda crece exponencialmente y se niega con un rumor, la inflación rebasa las dos cifras y se calla con un rumor en el ánimo de sus propulsores que niegan todo, aceptan nada y proponen menos.

Pero eso ya pasó, iniciamos un nuevo sexenio y, si realmente se sustenta en lealtad, honestidad, trabajo en equipo y verdadero amor por México (otra frase común), amén de ánimo conciliador y capacidad de negociación con los eternos “nólogos” (el no superlativo), sin duda nos traería un sexenio de suma, de utilidades, para el país y para sus habitantes. Aunque la expectativa no es positiva, la verdadera, no la del rumor o la del maniqueísmo, aún nos queda un hilo de esperanza, eso sí, cada día más delgado. La evidencia mata al rumor, solo que hay que analizarla.

Intentemos acabar con el rumor y privilegiar la realidad. El 87% de lo que circula en las redes es “Bot” o mentira, si hacemos ese primer desglose analítica y pragmáticamente, podríamos avanzar hacia la paz y la convivencia que bien merecemos y necesitamos en México.

A MANERA DE ANÉCDOTA: A Edmund Duhaney, Ibrahim Dimson y Joya Williams, ésta última asistente de un alto ejecutivo de Coca-Cola en Georgia, sede del rey de las gaseosas, se les hizo fácil “tomar prestadas” muestras y fórmulas secretas de nuevos productos que la empresa refresquera preparaba para lanzar al mercado. Los secretos industriales, se sabe, pueden valer cientos o miles de millones de dólares. Estos desleales empleados tuvieron la ocurrencia de ir a ofrecer estos secretos comerciales nada más y nada menos que a PepsiCo, el competidor y, adversario industrial, número uno de Coca-Cola. Esperaban una jugosa propuesta.

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En un ejemplo de ética (ojo, políticos chapulines y convenencieros), PepsiCo notificó a ejecutivos de Coca-Cola sobre la oferta de los empleados infieles. Intervino el FBI y hoy los presuntos implicados, declarados culpables de conspiración, enfrentan una pena de hasta 10 años de prisión. El caso, de repercusión mundial, sirve de ejemplo sobre lo que implica la administración basada en valores, los que los violaron y los que los respetaron y, obviamente, las consecuencias para ambos.

DE FONDO: Mientras la Secretaría de Hacienda amplia su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana en este casi agonizante 2024 y cambia su cifra de 1.0 a un ridículo e inalcanzable 1.5%, (el original era 3.5% y terminó en rumor), los Estados Unidos prevén un muy aceptable 2.7% de crecimiento para el tercer trimestre y un poco más para el cierre del año. Entonces, el bajo crecimiento económico de México, no se origina, como dice el rumor oficial, en “factores externos”. La introspección de a de veras dice lo contrario.  Nuestro pronóstico sería, entonces, de un crecimiento máximo anual de 0.9%, casi tres puntos porcentuales por debajo de lo que requerimos para crear los empleos que la población demanda, y no obtiene.

DE FORMA:  El martes 5 de noviembre hubo elecciones presidenciales en los Estados Unidos (de Norteamérica); contra todas las encuestas (¿ya vieron que sí fallan y por mucho?) ganó un personaje (de alguna manera hay que llamarlo) sobre el que pesan demandas civiles y penales que tendrían a cualquier ser humano preso en cadena perpetua. El voto latino, el sector más agredido por el señor Trump se inclinó a su favor y uno se pregunta si los efectos del COVID los llevaron a ese increíble autogol.

Donald Trump ganó la elección presidencial
Donald Trump ganó la elección presidencial

Los reyes de la tecnología utilizan el voto electrónico, del cual Brasil es pionero y ejemplo. Las últimas pruebas del sistema en Florida, mostraron cómo, al pulsar un botón de un color, la pantalla registraba… ¡otro color!  ¿Relleno cibernético de ánforas?

DEFORME: Que los “representantes populares” no consulten a sus representados una vez acomodados en la curul. Se van por la libre y se representan a sí mismos o a terceros generosos con ellos. Malo, malo…

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