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Precios de garantía y autosuficiencia alimentaria: mitos geniales

Precios de garantía y suficiencia alimentaria: el gran mito

Precios de garantía y suficiencia alimentaria: el gran mito

AUTOSUFICIENCIA: Creada en 1961, la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) dejó de existir oficialmente el 31 de diciembre de 2008. Aunque desde 1988 Carlos Salinas de Gortari inició su liquidación, sobrevivieron sus subsidiarias DICONSA y LICONSA. CONASUPO fue creada con el propósito de “regular y estabilizar los precios de los productos básicos. así como de asegurar la autosuficiencia alimentaria para la población”. Su política principal se basó en establecer “precios de garantía” a los productores agropecuarios, casi siempre a base de subsidios que, si bien regulaban los precios de venta, disminuían la masa fiscal para la generación de otros proyectos productivos o la reducción de la deuda de empresas como PEMEX, por ejemplo.


Sin embargo, el beneficio real que CONASUPO brindó a los productores fue cuestionado por varias razones:

  1. Los precios de garantía sólo beneficiaban a los productores con excedentes que vendían leche o granos. No así a los campesinos más pobres que debían comprar estos productos.
  2. Los excesivos trámites y regulaciones para la compra de granos por parte de CONASUPO ocasionaron que muchos productores quedaran al margen de los programas, que variaban de un año a otro. Por ocurrencias de los directores en turno, que decidían, sin base fundamentada, apoyar a los productores, a los comerciantes o, rampante y onerosamente, a ambos.
  3. Las fechas de compra se limitaban a ciertos meses del año, de forma que el resto estaba abierto a la operación de comerciantes. Muchas veces especuladores sin escrúpulos.
  4. La corrupción e ineficiencia de la paraestatal. ¿Recuerdan las 50 mil toneladas de leche contaminada por el accidente de Chernóbil? ¿O el trigo forrajero importado de África que se entregó a los molinos de los cuales era el único proveedor? ¿O las transas de PROCAMPO, tan selectivo y enriquecedor de líderes, hoy políticos muchos de ellos?
    En una atinada y bien analizada decisión, Felipe Calderón, primero y después Vicente Fox y Enrique Peña, cambiaron el esquema de subsidios y precios de garantía por uno que, en base a costos de producción y contratos de compra, garantizaba los precios por medio de la compra, en mercados internacionales, de “coberturas de precio”, que garantizaban el pago de la diferencia si los precios caían, o cancelaban la cobertura, con un pago mínimo, si los precios subían, el excedente generado en el alza de precios permitía pagar la cobertura sin pérdida.
    Como esto implica conocimientos y análisis bursátiles, el gobierno actual decidió borrarlo de un plumazo y regresar al populista y truculento esquema de “precios de garantía”. Para ello, clonó a CONASUPO y solo le cambió el nombre por el de “SEGURIDAD ALIMENTARIA MEXICANA” y nombró como primer director a Ignacio Ovalle, curiosamente el priista designado por Carlos Salinas de Gortari para liquidar a la corrupta CONASUPO.
    El organismo de marras fue creado por el actual presidente de la República en enero de 2019 para “garantizar la autosuficiencia alimentaria”. Desde su inicio, sin embargo, ha estado marcado por acusaciones de corrupción, su falta de apoyo al campo, incluso sobre compromisos firmados. Sustituido en 2022, Ignacio Ovalle aún no aclara un presunto desfalco de 8 mil 636 millones de pesos, sólo durante su gestión en 2020. Ocupa otro puesto en el actual régimen.
    Tanto CONASUPO como SEGALMEX han navegado con la bandera de la generación de la autosuficiencia alimentaria. Algo que NO EXISTE en ningún país del mundo. Simplemente porque las ventajas comparativas y competitivas de las diversas regiones las hacen propicias o no para obtener, en términos de costo y beneficio, productos que se intercambiarán por los que otras regiones y países pueden generar con beneficios intercambiados. Exportamos aguacate a Estados Unidos e importamos trigo, a esta operación se denomina ganar-ganar. Buscar la autosuficiencia es llegar a perder-perder y CONASUPO y SEGALMEX son la muestra.
    SUBSIDIOS: Independientemente de la cuestión ética y el daño financiero. Desde el punto de vista, es (casi) universal la conciencia de que los precios de garantía y los subsidios agrícolas y su influencia en la producción de alimentos, en lugar de fomentar la producción de productos saludables y sostenibles, benefician principalmente a las grandes corporaciones agroindustriales y promueven la producción excesiva de alimentos procesados y altos en calorías.
    Bastaba leer el bien documentado trabajo de Michael Pollan “El dilema omnívoro: En busca de la comida perfecta” (“The Omnivore’s Dilemma: A Natural History of Four Meals”), en que demuestra que los subsidios agrícolas distorsionan el mercado, haciendo que los alimentos altamente procesados y llenos de ingredientes artificiales sean más baratos y accesibles que los productos frescos y nutritivos. Además, señala que este sistema de subsidios contribuye a la sobreproducción de cultivos como el maíz y la soya. Sue a su vez se utilizan en la producción de alimentos procesados, combustibles y otros productos industriales.
    Por otro lado, la carencia de análisis técnico hace que al no comprar coberturas para garantizar el precio del maíz para este año 2023, que hubieran costado 2,000 millones de pesos, ahora se tengan que erogar más de 8,700 millones para cubrir solo una parte de los “precios de garantía” que prometieron, solo a un tercio de los productores de maíz en Sinaloa. Subsidio que ni SEGALMEX ni el gobierno del Estado han cubierto, provocando un estallido social que el gobernador busca resolver incitando a los productores a tomar las instalaciones de los distribuidores del producto, que cometieron el pecado de adquirir maíz más barato, en el extranjero, (el Tratado de Libre Comercio firmado por el actual presidente lo permite), para que usted y yo comamos tortillas más baratas.
    El punto central es que, ya sea vía subsidio al productor, o vía precio más alto, el asunto se resolverá con recursos fiscales, aportados por muchísimos causantes de una clase media tan vilipendiada y tan noble y pasiva.
    La falta de análisis del 98% de lealtad y 2% de capacidad, impidió al gobierno prever que los precios bajarían por LOS ACUERDOS DEL MAR NEGRO, que permiten comercializar los granos del granero de Europa que es Ucrania y, más cerca, prever que Estados Unidos tendría una cosecha récord y un exceso de oferta que abarata el producto. En términos económicos, ¿Quién, en su sano juicio, no adquiriría una tonelada de maíz con un 30% de descuento con la posibilidad de trasladar ese ahorro al público y, entonces sí, disminuir la inflación derivada de ese producto?
    DE FONDO: Distorsiones en el mercado: Establecer precios de garantía por encima de
    los precios internacionales puede distorsionar la dinámica del mercado. Los productores
    nacionales pueden verse menos motivados a competir en el mercado internacional si
    reciben precios garantizados más altos localmente. Esto puede afectar la eficiencia y la
    competitividad del sector agrícola a largo plazo.
    DE FORMA: La distorsión de todas las relaciones de precios, la coexistencia de
    mercados oficiales y negros, al ser los subsidios discriminatorios, y el antagonismo entre
    quienes operan en el mercado y el Estado, que lucha desesperadamente por conservar su
    autoridad, conducen al final a una situación caótica, en la que falta prácticamente toda
    clase de orden, ya sea el propio de la economía social de mercado, ya sea el de tipo
    colectivista.
    DEFORME: La cereza del pastel. ¿Por qué bajó el precio del maíz en Europa, África y
    Estados Unidos y no en México? Ah, porque la inflación de insumos no es como la pintan.
    Fertilizantes y plaguicidas han tenido incrementos en México de más del 100% y las
    prácticas de roza, quema y tumba (pecado mortal en USA y Canadá) han depredado la
    calidad de los suelos que, esencialmente, ya no son aptos para producir maíz, en este caso,
    o requieren de una costosa inversión para hacerlo. El costo que ahora tiene a los
    agricultores en un predicamento y al país en un brete. Esto es de hoy, no de antes…
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