LECCIÓN 1: En la década de 2000, bajo el liderazgo de Robert Mugabe, Zimbabue enfrentó una de las peores crisis económicas de la historia moderna. Mugabe, conocido por su retórica populista, implementó una política de expropiación de tierras de agricultores blancos para entregarlas a comunidades locales. Aunque se decía que el objetivo era corregir desigualdades históricas, esta decisión se tomó sin considerar el impacto económico.
El resultado fue una caída masiva en la producción agrícola, la principal fuente de ingresos y exportaciones del país. Ante la falta de recursos para financiar el gasto público, el gobierno recurrió a imprimir grandes cantidades de dinero, ignorando principios básicos de economía monetaria.
Esto desencadenó una hiperinflación descontrolada, que alcanzó niveles inimaginables: en 2008, la inflación llegó a 89.7 sextillones por ciento (sí, con 21 ceros). Los precios subían tan rápido que los ciudadanos tenían que pagar por el pan con carretillas llenas de billetes, y el Banco Central emitió billetes de hasta 100 billones de dólares zimbabuenses, que se volvieron prácticamente inútiles.
La anécdota destaca la importancia de entender que imprimir dinero sin respaldo no es una solución mágica para los problemas económicos. Sin embargo, Mugabe permaneció en el poder durante años porque muchos ciudadanos valoraron su discurso de independencia y justicia histórica por encima de su falta de preparación económica.
LECCIÓN 2: En la primera década del siglo XXI, Venezuela experimentó un auge económico debido a los altos precios del petróleo, su principal exportación. Hugo Chávez, entonces presidente, utilizó este ingreso extraordinario para financiar una serie de políticas populistas que buscaban redistribuir la riqueza (destruyéndola) y consolidar su apoyo político. Estas incluían subsidios masivos para alimentos, gasolina casi gratuita, programas sociales y la expropiación de empresas privadas.
Se dijo que: “el Estado debía controlar la economía para garantizar la igualdad social”, pero ignoró principios económicos básicos, como la necesidad de diversificar la economía y manejar de manera responsable los recursos fiscales. En lugar de invertir en infraestructura, educación o diversificación productiva, el país se volvió aún más dependiente del petróleo. Mientras el poder político enriquecía, la gente empobrecía.
Cuando los precios del petróleo comenzaron a caer en 2014, el modelo económico colapsó. Sin un fondo de ahorros ni ingresos diversificados, Venezuela enfrentó una crisis económica severa. Para financiar los déficits, el gobierno recurrió a la impresión masiva de dinero, lo que desató una hiperinflación que alcanzó cifras superiores al 1,000,000% en 2018.
Otro error del nulo conocimiento de la economía se dio con la creación del “bolívar soberano” (no hay que olvidar el adjetivo para impactar al pópulo) en 2018, con la eliminación de cinco ceros de la moneda anterior. Aunque se presentó como una solución para “controlar” la inflación, la medida no atacó las causas reales de la crisis, y pronto el nuevo bolívar perdió su valor también.
LECCIÓN 3: Una de las crisis económicas más recordadas en México ocurrió en diciembre de 1994, cuando el país enfrentó una devaluación masiva del peso y una crisis financiera conocida como el “Error de Diciembre”. Esta anécdota ilustra cómo la falta de previsión económica y decisiones apresuradas pueden tener consecuencias devastadoras.
Cuando Ernesto Zedillo asumió la presidencia el 1 de diciembre de 1994, el país ya enfrentaba tensiones económicas. Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), México había adoptado políticas económicas neoliberales, incluida la liberalización del mercado y la entrada en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Sin embargo, el gobierno de Salinas mantuvo una política de tipo de cambio fijo que sobrevaluaba el peso para evitar inflaciones descontroladas, pero que dependía de mantener reservas internacionales altas, pero éstas se agotaron rápidamente ante la oleada de fuga de divisas.
Al asumir Zedillo, su gobierno decidió devaluar el peso, pensando que sería una corrección menor. Sin embargo, la medida provocó una crisis de confianza entre los inversionistas. La devaluación, como la fuga de divisas, no se controlaron, y el peso perdió más del 50% de su valor frente al dólar en cuestión de semanas. Esto encareció la deuda denominada en dólares y desató una crisis financiera que llevó a la quiebra a muchas empresas y bancos, víctimas del llamado “efecto tequila”.
La situación fue tan grave que Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvieron que intervenir con un paquete de rescate financiero de 50 mil millones de dólares para estabilizar la economía mexicana. Aunque la crisis se controló, el “Error de Diciembre” dejó una lección amarga sobre la importancia de manejar con cuidado la política cambiaria, las reservas internacionales y la transición de poder.
El común denominador de estos tres ejemplos, reales y duros, es que la mayoría de los políticos que ignoran lo básico de la economía logran llegar al poder, y suelen combinar el uso de factores sociales, culturales y políticos ajenos al razonamiento económico. Las promesas populistas, la complejidad de la economía, la falta de cultura económica (que se transfiere al publo en forma perversa durante las promesas de campaña o las justificaciones ante la evidencia de un desastroso ejercicio, la combinación de promesas atractivas, narrativas emocionales y la desconexión entre los votantes y los fundamentos económicos permite que estos políticos lleguen al poder.
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La solución requeriría de una ciudadanía más interesada, atenta e informada y de estructuras políticas que exigieran mayor preparación técnica a sus líderes, desafortunadamente hoy muy, pero muy ajenas a nuestra inculta realidad.
La economía es la ciencia que estudia cómo las personas, las empresas y los gobiernos utilizan los recursos disponibles para satisfacer sus necesidades y deseos. Aunque parece compleja, la economía afecta a nuestra vida cotidiana en decisiones tan simples como qué comprar en el supermercado (¿acudió usted al Buen Fin?), o tan trascendentales como gobernar a un país. Para los no economistas, comprender sus conceptos básicos puede ser una herramienta invaluable para tomar mejores decisiones.
Un político debe de entender las fases del ciclo económico (expansión, auge, recesión y recuperación) para adoptar políticas anticíclicas. Por ejemplo, aumentar el gasto público en una recesión y reducirlo durante un auge para evitar sobrecalentamientos económicos.
Los problemas económicos, como la deuda pública, que se incrementó el 60% -que debemos todos los mexicanos- y que presagia una expansión similar en la nueva administración, requieren de una visión a largo plazo, decisiones informadas y una comunicación clara con los ciudadanos. Esto permite garantizar la estabilidad económica y el bienestar general, mientras se evita una carga excesiva para las futuras generaciones. ¿Aprenderemos de la experiencia o seguiremos en la vía venezolana?
DE FONDO: La agencia calificadora Moody’s cambió a negativa la perspectiva de calificación de la nota soberana de México debido al debilitamiento del marco institucional y a la formulación de políticas que pueden socavar los resultados fiscales y económicos. Aunque la explicación es feahaciente, el gobierno de México pidió a la calificadora una más amplia para entender el por qué de la descalificación. La respuesta será obvia, no se confía en los políticos que no saben de economía básica.
DE FORMA: Textualmente Moody´s señaló que “la mayor rigidez del gasto público y el deterioro de la asequibilidad de la deuda (mucho ojo, querido lector) dificultan la consolidación fiscal (el equilibrio entre ingresos y egresos) tras el aumento del déficit público de este año. El dinero no alcanza porque las “empresas productivas del Estado” no producen, solo gastan y contratan deuda, para los que votan sin analizar situaciones.
DEFORME: Que no se tomen acciones de política económica racional, en lugar de “pedir explicaciones” ante lo evidente, Si no lo creen, comparen el crecimiento económico del país contra el de sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. ¿Checó usted el precio de la gasolina que iba a costar 10 pesos el litro?