¿NEOLIBERAL O POPULISTA?: Si usted es de esas personas que, influidas por los medios o los demagogos, piensa que hay que odiar a los “ricos” (habría que incluir a los que pregonan esto mediáticamente), por el solo hecho de ser “ricos” o “empresarios”, debe de saber que este tipo de personas genera más de la mitad de los empleos del mundo y más del 70% de los satisfactores del consumo humano. ¿Hay “ricos” corruptos?. Definitivamente sí. ¿Hay “ricos generadores de bienestar”?, también.
Si usted es de los que piensa que la clase media debe de desaparecer porque es “aspiracionista”, sale de vacaciones una vez al año o tiene uno o dos hijos en escuela particular, una pantalla de TV de 55” o más de un par de zapatos (y los critica cuándo usted tiene eso y más) debe de saber que es la clase que genera el 86% del PIB mundial y que a medida que desaparece (por decadencia, no por sublimación) ese producto disminuye y provoca inflación y desempleo y, obviamente, mayor pobreza.
Si usted es de los que piensa que a los pobres hay que volverlos más pobres y negarles el acceso a la clase media, o más, porque son “útiles” y porque no hay que hacer que aspiren a tener un auto, sino a que el vecino pierda el suyo, y que son la masa más manipulable y accesible, vía dádivas o programas engañosos, debe de saber que, sin producción, no hay distribución, lo saben Venezuela, Cuba, Zaire, Camerún y muchos países donde los gobernante pregonan este tercer segmento, pero viven en el primero, claro, sin producir un ápice, ¿O no, señores Maduro y Ortega?.
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Todo esto viene a colación porque un análisis frio del entorno mundial y de los debates entre capitalismo/neoliberalismo o populismo/socialismo presentan un factor común para su fracaso, la CORRUPCIÓN.
En un sistema neoliberal encontramos una Estafa Maestra por 7,500 millones de pesos, CORRUPCIÓN; en un esquema pupulista encontramos un fraude a SEGALMEX por 15 mil millones de pesos, CORRUPCIÓN. ¿fallaron los esquemas?, no, son perfectos, como lo es la Biblia o la Constitución, fallaron sus maquiavélicos usufructuarios y envenenaron a sus seguidores, siempre culpando a terceros, cortinas de humo cotidianas.
Como ambos esquemas, el Liberal afinado, mal llamado Neoliberalismo (hay que recordar que todos los populistas se dicen Liberales) y el Populista/Soicialista han fracasado rotundamente, a causa de la CORRUPCIÓN y han generado inaceptables niveles de concentración de riqueza, por un lado, y de incremento inmoral de pobreza por el otro, un grupo de notables economistas, sin inclinación política, como nosotros, y con una amplia visión social, han expedido, hace un mes, la llamada “Declaración de Berlin”, como una alternativa ante el “neoliberalismo” y el “populismo” y centrada en la lucha contra la CORRUPCIÓN y la búsqueda del desarrollo económico.
Técnicamente, la parte del desarrollo se ve bastante probable, la lucha contra la CORRUPCIÓN es otra cosa. La mejor frase de Peña Nieto fue cuando señaló que “es congénita al ser humano”. Parece que solo los países nórdicos lo contradicen. La CORRUPCIÓN es la que pone en entredicho a la economía, cada vez más cuestionada.
LA NUEVA ECONOMÍA, PERSPECTIVA:
La Declaración de Berlín 2024 es un documento emitido por el Foro por la Nueva Economía que busca revitalizar las democracias liberales frente a las amenazas contemporáneas, como el populismo y la desconfianza en las instituciones. Firmado por destacados economistas y académicos como Dani Rodrik, Branko Milanovic, Mariana Mazzucato y Olivier Blanchard, el manifiesto subraya la necesidad de reformas que prioricen la prosperidad compartida y la sostenibilidad ambiental.
El documento señala que la globalización y las políticas de austeridad han erosionado los estados de bienestar y exacerbado las desigualdades. Para revertir esta situación, se proponen políticas que vayan más allá de la eficiencia económica, enfocándose en la creación de empleos de calidad y en la convergencia económica entre regiones. Esto incluye fomentar la innovación y la creación de nuevas empresas EN LUGAR DE DEPENDER DE LA DISTRIBUCIÓN DE SUBSIDIOS.
Uno de los pilares de la declaración es la necesidad de combinar las ventajas del mercado con la protección de los más vulnerables y la sostenibilidad climática. Se aboga por una transición hacia una economía verde, financiada por un sistema financiero internacional que priorice a las economías más rezagadas, con el objetivo de reducir las brechas entre regiones y asegurar un desarrollo más equitativo.
También resalta la importancia de diseñar mecanismos fiscales para reducir las desigualdades de ingreso y riqueza, eliminando privilegios derivados de la herencia y la especulación financiera. Se enfatiza en la necesidad de romper el poder de mercado para promover una competencia más justa y evitar la concentración de la riqueza y el poder.
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Finalmente, la Declaración de Berlín 2024, subraya que sin intervenciones políticas específicas no se puede frenar el cambio climático ni reducir las desigualdades. El mercado, por sí solo, no ha logrado resolver estos problemas y se requiere un nuevo consenso político que aborde las causas profundas de la desconfianza y promueva una democracia más robusta y equitativa.
Para el análisis económico, esto suena muy bien. En primera instancia el proyecto ha sido recibido en toda Europa con gran aceptación. Si en México usted le pregunta a algún político funcionario sobre la “Declaración de Berlin”, seguramente obtendrá una “cara de What”.
El modelo es muy interesante porque promueve una mayor equidad económica mediante la redistribución de la riqueza y la lucha contra la evasión fiscal, lo cual contrasta tanto con la desregulación neoliberal como con las políticas populistas a menudo impulsadas por intereses a corto plazo.
Insiste, además, en la transparencia y la regulación financiera, próximas a desaparecer en México, y ofrece un enfoque alternativo a la libertad de mercado extrema del neoliberalismo y la falta de institucionalidad a menudo vista en regímenes populistas.
Incluye, un esquema muy interesante para el control de precios y las políticas industriales activas, que representan un modelo diferente al libre mercado neoliberal y las intervenciones estatales populistas que pueden carecer de planificación a largo plazo.
En conjunto, las propuestas de estos economistas ofrecen un enfoque alternativo que busca combinar la eficiencia económica con la justicia social, basado en un análisis riguroso y una planificación estratégica que difiere de las doctrinas tanto del neoliberalismo como del populismo. ¿Qué tan cerca estamos? Depende de la inteligencia y capacidad del próximo gobierno. El modelo nos entusiasma, la realidad nos deprime.
DE FONDO:
Desde una perspectiva de equidad, la CORRUPCIÓN agrava las desigualdades sociales y económicas. Los recursos que deberían destinarse a servicios públicos esenciales como salud, educación e infraestructura terminan siendo malversados.
Las comunidades más pobres y vulnerables son las más afectadas, ya que dependen en gran medida de estos servicios, que, debiendo de ser obligatorios, se convierten en medio de chantaje, para mejorar su calidad de vida. Así, cualquier proyecto económico que pretenda reducir la pobreza y la desigualdad se ve socavado por la CORRUPCIÓN, perpetuando un ciclo de pobreza y exclusión.
DE FORMA:
La CORRUPCIÓN tiene un impacto negativo en la estabilidad política y social. Un proyecto económico exitoso requiere un entorno estable y predecible, pero la corrupción, genera descontento y protestas sociales. Cuando los ciudadanos sienten que la CORRUPCIÓN es endémica y que sus necesidades básicas como salud, educación o alimentación, no son atendidas, se desconciertan en primera instancia y, al final, se rebelan (Venezuela 2024).
Esta inestabilidad dificulta la implementación de políticas económicas coherentes y de largo plazo, impidiendo que cualquier proyecto, SIN IMPORTAR SU ORIENTACIÓN IDEOLÓGICA, alcance sus objetivos.
DEFORME:
Todo lo anterior se regula, en cierta medida, a través de el esquema de pesos y contrapesos que hasta hoy garantiza la Constitución, la concentración del poder y la eliminación de las instituciones que catalizan y exponen los actos de corrupción se denomina, aquí, en China y en Rusia, DICTADURA. ¿Usted quiere eso o no le importa porque perdió el América?