PARADOJA: Una paradoja, por definición, es una acción que contradice a la lógica y a sus principios, el sentido común -si existiera- no debería de aceptarla, pero, en dichos y en hechos, y para nuestro caso, en la economía, pululan por el mundo; a veces nos divierten, en ocasiones nos causan estupor, a veces, como el caso del Huracán Otis y la atención que le ha dado el gobierno -estatal y federal- realmente espantan.
Como lección de vida, debieran de servir para desarrollar las capacidades analíticas: ¿Qué fue primero, la gallina o el huevo? En ocasiones para alimentar la retórica y enriquecer la literatura, muestra entonces su lado exquisito, recordemos a Pablo Neruda: “Yo te amo para comenzar a amarte, / para recomenzar el infinito / y para no dejar de amarte nunca: / por eso no te amo todavía”.
Pero en el mundo económico a veces se usa para desviar la atención o para ponernos a pensar en algo trascendental: ¿Por qué si el agua es un elemento vital, cuesta menos que los diamantes? O, quizá una de las más conocidas, la de los incentivos perversos: Los paleontólogos del siglo XIX, buscando vestigios en China, pagaban a los campesinos por cada segmento de hueso de dinosaurio que encontraran. La oferta era creciente, cuando se descubrió que los campesinos rompían un fragmento grande en muchos pedazos para conseguir más pagos, lo que de paso redujo significativamente su valor científico. Algo parecido ha pasado en nuestro país cuando se queman hectáreas enteras de bosques ¡para cobrar después por cada árbol sembrado en el “programa social” de moda!
Más cercana todavía, y dramáticamente vigente, es la “Paradoja del Buen Samaritano”, expresada en economía como aquella acción que “dar apoyo o caridad a un núcleo o grupo de personas, reduce su capacidad de desarrollarse por sí mismos. Confucio expresaría que “es mejor enseñar a pescar que regalar un pescado”. Ya hemos comentado aquí lo que muchos políticos hacen al respecto, obviamente no con su dinero.
SOFISMA: También por definición, y muy utilizado en política y economía, el sofisma es un planteamiento lógico aparentemente cierto, pero que no es así, un ejemplo común, de nuestro curso de Lógica en la Prepa estaría en el silogismo: “Todos los gatos son mortales /Putin es mortal /Luego entonces, Putin es un gato”.
En Economía es muy común que se difunda la idea, que los políticos suelen poner en práctica, de que “las medidas protectoras igualan las condiciones de producción”. Esto es, subsidia la producción de trigo en México y te costará producirlo lo mismo que en Canadá. Es claro que habría que analizar factores de producción como clima, calidad de la tierra, fertilizantes, etc., y eliminar los subsidios para que la comparación fuera válida.
El más grande sofisma en economía surge de la aseveración de que si se reparte la producción de todos, entre todos, por igual, todos seremos felices. Esto ha provocado (China, Rusia y Cuba son claros ejemplos) la desincentivación de los entes más productivos que razonan -recordemos que el sofisma es irracional- que, si producen menos, se esfuerzan menos y les toca la misma proporción del reparto, o peor aún, que, si no producen, de todos modos, les toca algo de los que sí producen.
China es un ejemplo dramático positivo de la comprensión y salida del sofisma, se aprovechan las capacidades diferenciadas y el reparto es, por supuesto, diferenciado. El mejor atleta no es el mejor financiero.
El sofisma de moda sería: “Solo la Guardia Nacional o el Ejército tienen la capacidad logística para apoyar a los damnificados de Acapulco, por lo tanto, requisaremos cualquier ayuda civil o institucional que pretenda apoyar. Premisa falsa y dolorosa para quien requiere auxilio inmediato.
FALACIA: Por contraposición, ausencia de verdad, la falacia se vale muchas veces de paradojas y sofismas para permear en grupos, conglomerados o individuos que creen a ciegas, literalmente, lo que se dice: “Una mentira dicha cien veces, se convierte en verdad”. Más a tono con la época, ahora se les denomina “econofakes” y van desde el señalamiento de que “toda inversión extranjera es dañina para un país”, hasta la contundente aseveración de que “la inflación bajará encareciendo el dinero” (mentira paradójica).
China es un “Capitalismo de Estado”, lo que echa por tierra la mentira de que “el capitalismo es perverso por sí mismo”, que pregonan ellos mismos. La corrupción sí, en cualquier esquema.
DE FORMA: Todo lo anterior viene a colación porque, amén de la tragedia que ocasionó el huracán OTIS, el INEGI dio a conocer el nivel de inflación en México para el mes de septiembre, y señaló que, en porcentaje, es menor que la del mes anterior. ¡Por supuesto!, la base es mayor. La única verdad es que los precios siguen subiendo.
La paradoja: Los alimentos más “controlados” son los que más han subido de precio. El sofisma: Seguiremos manteniendo las tasas altas -EL PRECIO DEL DINERO- para disminuir la inflación, funciona en Estados Unidos, debe de funcionar para México. La Mentira: El mantener el precio de la gasolina ha frenado la inflación (verdad no comprobable). ¿Ya fue usted al súper esta semana?
DE FORMA: Otro ejemplo que no podemos soslayar es el aumento de la violencia, medida en número de asesinatos -saqueos y asaltos- que, de acuerdo con datos presentados por múltiples fuentes, confiables todas, hacen al presente sexenio el más violento de la historia.
La respuesta oficial, sofisma, es que la “tendencia ha disminuido en algo más del 2%”. Sofisma, porque se toma un mes atípico de una administración pasada como base para señalar que “estamos mejorando”. Una golondrina no hace verano.
Paradoja porque cuando más elementos de seguridad (civil y militar) hay en todos los rincones del país, el NÚMERO ABSOLUTO de homicidios va en aumento.
La verdadera comparación debió de ser, desde nuestra óptica, con cifras desestacionalizadas, es decir: Sexenio de Calderón: Promedio de 1,690 casos por mes, Sexenio de Peña Nieto: 1,728 casos por mes. Sexenio actual: 2,868 casos por mes, promediando meses típicos y atípicos, para esto no hay “normalidades”. La diferencia impacta, y la realidad, espanta. Ojalá y se logre la Convención sobre Seguridad que exige la vituperada Sociedad Civil. Nosotros lo dudamos, sería apabullante para los responsables de la seguridad nacional.
DEFORME: 38 años después del terremoto de 1985, se sigue denostando al presidente De la Madrid porque tardó ¡5 horas! En salir a dar una declaración pública sobre los daños del sismo. La ayuda fluyó, civil y gubernamental, desde el primer momento, pero el canibalismo de la “opinión pública” operó y sigue operando. ¿Qué dirá esa misma opinión cuando simplemente no hay respuesta oficial y se restringe el apoyo de civiles y de organismos internacionales para que, convenencieramente, una guardia nacional evidentemente impreparada y un ejército que ya raya en el autoritarismo, sean los únicos acaparadores y distribuidores de una “ayuda” que cuatro días después de la tragedia, no llega y, peor aún, se impide su llegada?
En 2013, el actual presidente reclamó a las autoridades federales y estatales de la época no salieran a las zonas dañadas por los huracanes Bárbara, Ingrid y Manuel. El mismo personaje, que no bajó del helicóptero durante las inundaciones en Tabasco en 2020 porque “se podía mojar los pies” y ha brillado por su ausencia de las zonas devastadas de Baja California y Guerrero, porque “se coordina mejor desde el escritorio”, gana popularidad haciendo lo contrario de lo que predicó. La ausencia criticada a De la Madrid, se multiplica infinitesimalmente y el juicio es diferente. ¿Paradoja, sofisma, mentira? Todo junto, en aras del populismo y la ignorancia…