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Días de muertos… Impacto económico

Días de muertos... Impacto económico

Días de muertos... Impacto económico

¿TIENE PARA SU CALAVERA?: Última semana de octubre y, comercial y emocionalmente, anuncio inminente de la celebración/conmemoración de nuestros muy mexicanos y sincréticamente mestizos, días de muertos (aunque en realidad solo sea uno, el dos de noviembre). Seguramente, desde principios de mes, usted ya degustó una hojaldra o adquirió algún elemento decorativo para su hogar o para el festejo, de disfraces, claro, que esperamos no termine en pachanga de diablos, calabazas, vampiros y calaveras.

También se preparó, ni duda cabe, para saborear el poblanísimo (insignia tehuacanera) mole de caderas que, aun con un incremento de casi el 50% (¿quién diablos mide la inflación) en relación al año pasado, no puede faltar en nuestra mesa o en algún restaurante reconocido.

Como nuestra fecha específica de culto a nuestros fieles difuntos ocurre solo un día después de la mundialmente famosa fiesta de Halloween, y obviando diatribas emocionales sobre el privilegio de una sobre otra, a nuestras catrinas y ofrendas se unen calabazas, vampiros y figuras de corte diabólico como el famoso Chucky, Anabelle, Jason y muchos más, la mayoría de corte hollywodense pero arraigados en los gustos que rompen géneros.

Lo interesante de estos festejos/celebraciones/conmemoraciones es que generan una derrama económica de gran importancia para nuestra economía. Es el tercer período de mayor generación de ingresos turísticos y de gasto familiar en la economía, luego de los períodos vacacionales y las celebraciones de semana santa.

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Ningún país supera a México en cuanto al turismo relacionado con el Día de Muertos. Esta celebración es profundamente mexicana, con raíces prehispánicas y una fusión de tradiciones indígenas y católicas que le dan un carácter único. Aunque otros países de América Latina tienen celebraciones relacionadas con los muertos o el Día de los Difuntos, la magnitud y el atractivo turístico del Día de Muertos en México es incomparable.

El impacto directo lo recibe el sector turístico. Durante los días de celebración, a los que se han añadido espectáculos como el Gran Premio de México, fórmula 1 de automovilismo, o el desfile de los muertos que generó artificialmente la película Spectre, tanto turistas nacionales como internacionales visitan México para vivir la experiencia única del Día de Muertos, especialmente en lugares como Ciudad de México, Michoacán, Oaxaca y Puebla, donde las festividades son particularmente vibrantes. Ciertamente se observa un incremento significativo en la ocupación hotelera, restaurantes y otros servicios turísticos. El turismo cultural y el interés en las tradiciones mexicanas ha permitido que la celebración del Día de Muertos atraiga un flujo constante de visitantes que contribuyen directamente a la economía local.

Otro aspecto importante es el comercio de productos artesanales y tradicionales. Durante las semanas previas y durante la celebración, las ventas de flores de cempasúchil, calaveritas de azúcar, pan de muerto, veladoras y otros elementos necesarios para los altares crecen considerablemente.

Además, los artesanos mexicanos ven un aumento en la demanda de productos decorativos y figuras alusivas a la celebración, lo que fortalece la economía local en muchas regiones del país. La venta de productos relacionados con el Día de Muertos se ha convertido en un importante sustento para muchas familias que dependen de este periodo del año para generar ingresos.

SÍ, PERO NO:

Aparentemente, solo aparentemente porque no se descuenta la inflación, las cifras recientes indican que la derrama económica del Día de Muertos en México ha experimentado un crecimiento significativo en comparación con los años previos a la pandemia de 2020. En 2019, la derrama económica generada por estos eventos fue de cerca de 24 mil millones de pesos, contra una estimación optimista de 45 mil millones para este año de gracia, cifra 10% superior a la que se alcanzó en el año 2019.

Si como el mundo mide la inflación con el Índice Big Mac que ya comentamos, elaboramos un “Índice Juego de Caderas”, podemos ver que el costo de éstas ha pasado de 800 pesos en 2019 a 1,600 el día de hoy, por lo que podríamos asumir que, en términos de poder adquisitivo, la derrama del 2024 es apenas equivalente a la del 2018. Solo basta visitar el súper esta semana.

En la Ciudad de México, especialmente por el artificioso y poco original desfile de muertos, ya hubo uno de zombies la semana pasada, multitudinario y ajeno a la esencia de la tradición, y por la carrera de automóviles F1 (¡ánimo “Checo”!), se espera que las celebraciones del Día de Muertos dejen una derrama económica de alrededor de 10,981 millones de pesos, lo que implica un crecimiento del 26.7% en comparación con las cifras de 2023, cifra muy cercana al incremento real de precios en el mismo período.

Cuantitativamente, el sector turístico es uno de los principales beneficiados durante estas festividades. En 2024, México recibirá aproximadamente 2 millones de turistas durante el periodo del Día de Muertos, lo que significa una cifra estadísticamente igual a la generada en el mismo periodo de 2019. El 60% de ocupación hotelera esperado para este año es ligeramente menor al alcanzado en 2019.

Sea como sea, la festividad que honra a nuestros difuntos y pone a México en los ojos del mundo a nivel cultural en cuanto origen, esencia y tradición, es un pequeño desfogue al ambiente de magra seguridad y tensión política que nos ha tocado vivir. Así que, de catrina o de vampiro, con Halloween o con Ofrenda, ¡feliz última semana de octubre y primera de noviembre!

DE FONDO:

Para dimensionar la importancia de la derrama económica generada por los días de muertos, baste señalar que los ingresos equivalen a poco más de tres meses de los intereses que paga PEMEX, Empresa (im)Productiva del Estado por la impagable deuda que soporta. El turismo al rescate, aunque estamos seguros que si no hubiera desaparecido el Consejo de Promoción Turística de México, las cifras serían muy superiores, Turquía y Finlandia, con organismos semejantes, son la prueba empírica de ese terrible error administrativo.

DE FORMA:

PEMEX pone en peligro a la casi totalidad de sus proveedores, la paraestatal suma un adeudo récord a sus firmas proveedoras por más de 19.700 millones de dólares. Los contratistas recurren a financiamientos externos para obtener liquidez e incluso a la suspensión temporal de actividades. ¿No hubiera sido mejor pagar esta deuda en lugar de invertir casi un billón de pesos en un desastroso Tren Maya, también de irrecuperable inversión?

DEFORME:

En tan solo un año, el precio del Litio, supuestamente el “nuevo petróleo” de la economía mundial, cayó de 70 mil dólares la tonelada a tan solo 10 mil dólares. El mercado funciona, mucha oferta y poca demanda. Algunas empresas productoras han cerrado sus actividades, es más costoso extraerlo que el ingreso por la venta.

¿Alguien ha escuchado algo sobre la empresa del Estado LITIOMEX, creada por López Obrador para administrar esta supuesta riqueza o es solo una carga fiscal más, a costa de los sufridos, pero indolentes, contribuyentes? De la megafarmacia mejor no hablamos.

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