APUESTE Y PIERDA: Supongamos que usted es como Pancho Pantera, fuerte, audaz y valiente, y un ilustre desconocido le hace la siguiente propuesta: Vamos a jugar ruleta rusa, bueno, solo tú lo vas a hacer, en un revolver de seis tiros habrá tres disparos útiles y tres de salva, damos vuelta al cilindro y… pum. Si no muere al primer intento (serán tres) gana 20 millones de pesos (tiene que ser atractivo), si muere, recogemos sus sesos del suelo y… a otra cosa.
Aunque parezca mentira hay quien acepta la apuesta, salva el primer disparo y, con menores posibilidades, hace el segundo y, si es muy tenaz (o muy tonto) el tercero, porque la “recompensa” sube exponencialmente. Como bien lo dedujo el amable lector (casi) siempre… a otra cosa.
Bueno, a pesar de lo que digan especialistas y brockers (ganan comisiones, por supuesto), algo parecido ocurre con las criptomonedas, Bitcoin y Ethereum a la Cabeza de más de 6,000 monedas de “humo”. En una ruleta rusa financiera (que puede terminar en física, cómo no) usted adquiere un supuesto activo, de origen desconocido y sin respaldo alguno que sube (y baja) su valor de acuerdo a la confianza que los adquirentes tienen en lo intangible y en quienes aseguran que se pueden atravesar las cataratas del Niágara en una cuerda y con los ojos vendados, confiando en su ángel de la guarda.
MEGAFRAUDE: Sam Bankman-Fried, CEO y propietario de la correduría de criptomonedas más grande del mundo, valorada en más de 32,000 millones de dólares apenas hace un año, y que pagaba a celebridades como Tom Brady, Larry David y Stephen Curry para “motivar” a la gente a mercadear monedas digitales en su plataforma, fue declarado culpable de un fraude masivo que llevó al colapso de su bolsa, FTX, tras un juicio de un mes que enfrentó el testimonio del antiguo y decaído rey de las criptomonedas con el de algunos de sus amigos más cercanos.
Bankman-Fried fue declarado culpable de siete cargos de fraude y conspiración tras una deliberación de menos de cinco horas entre que los miembros de un jurado de Manhattan el jueves pasado. Enfrenta 20 años de prisión por cada uno de los cargos más graves y será sentenciado por el juez, Lewis Kaplan, el próximo mes de marzo. Por testimonio de su mejor amigo, se sabe que el ex archimillonario ya intentó suicidarse (y no precisamente con ruleta rusa)
El veredicto es una victoria para el fiscal de Manhattan, Damian Williams, en el proceso penal de mayor perfil en el llamado invierno del mundo de las criptomonedas.
Pero… ¿Él perdió 32 mil millones de dólares? Bueno, si sabemos que su juego empezó con una idea a raíz de la aparición de las criptomonedas, con un valor de cero, entonces solo se esfumó lo que de la nada se creó, los verdaderos perdedores fueron los clientes y audaces/osados/tontos jugadores que adquirieron, cada vez a precios más caros, “activos invisibles” que, como venían de la nada, a la nada volvieron.
Los fiscales lo caracterizaron como el cerebro de un fraude masivo en FTX, de la creación de una “pirámide de engaño” construida sobre mentiras y falsas promesas. Los abogados de Bankman-Fried lo presentaron como un empollón matemático trabajador que intentó de buena fe revertir la situación de rápido deterioro de la empresa el año pasado.
La parte acusadora probó que Bankman-Fried utilizó miles de millones de dólares robados a clientes de la bolsa FTX para enriquecerse, especular con operaciones no rastreables y financiar contribuciones opacas a campañas electorales con la idea de influir en la política gubernamental hacia el mercado de criptomonedas, mercado en el que ya fracasaron, además de los ingenuos inversionistas de cuna, países como El Salvador, Venezuela, Colombia, y hasta Cuba, pretextando que lo hacía para romper el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, a través de transacciones anónimas Todos ellos y muchos países asiáticos, que se han jugado el dinero de los causantes en esa loca ruleta, sin que autoridades supranacionales o locales regulen las operaciones de humo..
¿CÓMO OPERAN?: El concepto o idea de criptomoneda fue descrita por primera vez por Wei Dai, en 1998, él generó la idea de crear un nuevo tipo de dinero descentralizado que utilizara la criptografía como medio de control, La primera criptomoneda que se creó fue el Bitcoin, en 2009, ideada por un desarrollador anónimo que utiliza el seudónimo de Satoshi Nakamoto, el cual usa el conjunto de funciones criptográficas SHA-2 (exactamente el SHA-256) como su esquema PoW (prueba de trabajo). Posteriormente, han aparecido muchas otras criptomonedas, aunque no todas han sido exitosas, en especial aquellas que no han aportado ninguna innovación, como la efímera y pandémica dog-coin.
Por medio de un software que consume hasta 250 mil dólares de energía por cada criptomoneda que se emite, motivo por el que ya no se operan en China, la validez de cada una de las unidades está en la cadena de bloques. Una cadena de bloques es una lista en constante crecimiento de registros, chain-blocks, que son enlazados y asegurados usando criptografía. Cada bloque contiene un puntero hash que enlaza a un bloque previo, una fecha y datos de transacciones. Por diseño, las cadenas de bloques son inherentemente resistentes a la modificación de los datos. Si usted entendió esto, y tiene una supercomputadora y el criptosoftware que la soporta, está listo para apretar el gatillo.
Los grandes perdedores de esta ruleta, son los ingenuos que compraron caro, con la esperanza de encontrar a alguien más ingenuo que ellos y tienen que vender a precios de remate. Lo curioso es que, de acuerdo con la gráfica en el tiempo, estos ingenuos abundan sin aprender lecciones de la experiencia. Algunas de las formas en que las criptomonedas pueden estar relacionadas con fraudes:
LEGALIDAD: El uso de estas criptomonedas en actividades ilegales, así como la imposibilidad por parte de los gobiernos de establecer políticas impositivas sobre transacciones realizadas a través de dicho medio, es motivo de controversias.
Bolivia se ha convertido en el primer país en prohibir explícitamente el uso de criptomonedas, en junio 2014, tras conocerse de la quiebra en Japón de la compañía Bitcoins Mt.Gox, descapitalizando a más de un millón de personas.
En Venezuela antes del 9 de abril de 2018 se desmantelaron minas de criptomonedas, arrestando a sus dueños por “legitimación de capitales, enriquecimiento ilícito, delitos informáticos, financiamiento al terrorismo, fraude cambiario y daños al sistema eléctrico nacional”. A cambio, creo su propia criptomoneda, el Petro, con los mismos vicios, pero controlada por el Estado.
En España, para efectos de responsabilidad civil, el Bitcoin no se considera dinero como tal, ni tampoco de forma legal.
Se ha estimado en 2023 que el porcentaje de transacciones ilícitas ronda el 28%, por un valor de 80 mil millones de dólares y, ojo, incluye operaciones con remesas.
DE FONDO: Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, opinó recientemente que “las criptomonedas no valen nada, no se basan en nada, y no hay ningún activo subyacente que actúe como ancla de seguridad”.
En medio del colapso del mercado de criptomonedas, señaló a los novatos inversores que apuestan en ellas que “lo perderán todo y se sentirán decepcionados” si no asumen que se trata de un riesgo alto.
La aversión al riesgo desencadenada por la alta inflación, problemas geopolíticos y la alza en las tasas de interés hundieron el valor de las criptomonedas en los dos últimos años.
Este año, algunas monedas como el Bitcoin perdieron el 50% de su valor alcanzado en noviembre de 2021, otros proyectos de ‘stablecoins’ como LUNA (que replicaba el valor del dólar) llegaron a un valor de prácticamente cero. Y los fraudes, como el de FTX ya no son una excepción.
DE FORMA: Las criptomonedas, en general, no están respaldadas ni garantizadas por una entidad central o un activo físico, como el oro. Su valor se basa en factores como la oferta y la demanda del mercado, la percepción de valor por parte de los inversores y la utilidad de la criptomoneda en sí misma. En otras palabras, el valor de las criptomonedas se determina por el mercado y puede ser altamente volátil.
DEFORME: ¿Por qué cruzó la gallina la carretera?, porqué estaba ahí. ¿Por qué compró criptomonedas?, porque estaban ahí. A la gallina la aplastó un camión, al comprador de criptomonedas le tocó el cuarto disparo y… a otra cosa.