CIBERNÉTICOS 1025
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Adoloridos y defraudados

Adoloridos y defraudados
Adoloridos y defraudados

¿ESTAMOS MAL?: No sé si se habían dado cuenta de que, situados frente a resultados adversos, los políticos -éstos sobre todo-,  los economistas y los entrenadores de fútbol, hacen declaraciones similares. “Son cosas del fútbol”, explica el mentiroso con pants. “Es el mercado”, asevera perentorio el economista. “Es culpa de los anteriores, de los conservadores y de nuestros (mis) adversarios”, acota el político falaz. Y santas pascuas.

Ya nos pasaron a traer . Lamentablemente a los políticos les creen los ignorantes, a los economistas ya nadie los toma en cuenta y son los entrenadores los que suelen pagar el pato al cabo de media docena de derrotas. Lo que no siempre arregla el pastel, de acuerdo, pero al menos te deja la sensación de que alguien cargó con el muerto.

En economía no, sobre todo la que deforman los políticos o la que insisten los economistas que se debe de ajustar al modelo y no a la realidad. Allí reina la impunidad.

Los economistas calcularon que el aeropuerto de Santa Lucía iba a costar X porque los políticos así lo quisieron, que el Tren Maya costaría una décima parte de lo que va a costar (apenas va al 50%) o que la refinería de Dos bocas vomitaría gasolina a bajo costo (¿ya cargó usted su tanque esta semana?). Y el pueblo “bueno” (¿en serio?) aplaudiría estos brutales desfases económicos. Mala elección de políticos incompetentes, pero de verbo del siglo XX engañabobos y pésima visión de economistas de librito, alejados de la realidad. Desafortunadamente, incluidos los del Banco de México y los del Inegi, que ajustan las cifras y las explican, siempre a toro pasado, con un lenguaje salido de la Torre de Babel.

Y esto no es nuevo. Paul Volcker ex presidente de la FED (reserva federal de los USA) contaba, desternillándose de risa, con su rostro rubicundo y su nariz de pirojero frecuente, que cuando en 1971 Nixon decidió desligar el dólar de su contrapartida en oro (la llamada “serpiente monetaria”) le encargaron escribir el discurso para anunciar la noticia. “Escribí un par de páginas lastimeras”, dice, “para disculparnos de tal fracaso”. “Pero alguien me cambió todo el discurso y Nixon anunció un gran triunfo de la economía americana transformando el fiasco en una gran victoria”. Tomando esa osada medida Nixon le hizo al mundo un gol de media cancha. Aún hoy hay quien se reúne cada año para celebrar la estafa con un coñac del bueno. Aquí, poco falta para hacer lo mismo, y celebrar el brutal incremento de la deuda pública, solo que con tamales de chipilín, no tan buenos.

PERO ESTAREMOS PEOR: De una vez advertimos, peligran las reservas que, repetimos, no son del gobierno, son del Banco de México y ya circulan convertidas en pesos y resguardadas, en equivalente contraparte, como dólares y oro, Las reservas de oro mantenidas como contrapartida de la emisión monetaria deben de garantizar conversión del papel en su equivalente metálico, o en otras palabras en la porción de la riqueza nacional que se supone representan. Esto se ignoró en Venezuela, en Argentina y en Nicaragua y la hiper inflación acabó con la economía. Los políticos, con dos honrosas excepciones, cacarean (perdón, no encontramos otras palabras) que tenemos 260 mil millones de dólares que se pueden ocupar en cualquier momento, para cualquier ocurrencia, incluida la compra de votos o de chapulines politiqueros.

La “puntada” de Nixon provocó el extravagante déficit presupuestario yanqui. La creación monetaria alcanzó tales niveles que hoy ella representa varias veces la riqueza realmente producida. ¿Cuántas veces? Difícil decirlo a partir del momento en que la creación monetaria está en manos de la banca privada y que la oferta (la escasez) de moneda dejó de ser un obstáculo para la potencia imperial. Como lo pone Henry C.K. Liu, presidente de un Grupo de Inversiones basado en Nueva York, “los USA producen los dólares y el resto del mundo produce las cosas que se pueden comprar con esos dólares”.

Esta curiosidad de la economía del Imperio debiese preocupar a los príncipes, mesías o “científicos” que nos gobiernan. Porque si el titular de la Secretaría de Hacienda, que al parecer ya lo detectó y amaga con dejar el cargo, o la Gobernadora del Banco Central rehúsan aumentar la oferta de moneda es para impedir “la inflación”. Pero si los obligan a duplicar el dinero circulante (que ya creció más que la inflación), estaremos a las puertas de un “efecto tequila 2”, de mayores dimensiones que el de 1985.

Esto explica por qué las tasas de interés son superiores a las tasas en USA. De ahí el control del crédito, en particular a las pymes. De ahí la reducción del gasto fiscal y el “superávit estructural”. El Imperio no necesita superávit estructurales. Por eso emite la masa monetaria que le da la gana en función de los delirios del presidente/a en turno. ¿Y cómo puede en ese caso fijarse la paridad del dólar? ¿Cuál es el precio del dólar expresado en otra moneda, por ejemplo el peso? Los loritos de turno intentarán darte la respuesta que les vendieron a ellos, y que se tragaron sin discusión: “Es el mercado el que fija la paridad entre las monedas”. Del mismo modo que la sabiduría del mercado determina el nivel de precios. Ya sabes: la ley de la oferta y la demanda.

Jacques Delors, ex presidente de la Comisión de Bruselas (el gobierno de la Unión Europea), no se traga esa mentira política. Él sostiene, y nosotros también,  que el valor del dólar es el producto de una decisión política. Y que el mercado no tiene mucho que ver en ello. Jacques Delors ha señalado que, en el fondo, en el verdadero patio de atrás, la política del dólar débil es un ataque contra los intereses europeos y contra el Euro. Nosotros lo hacemos extensivo, es un ataque contra los intereses de buena parte del mundo incluyendo a nuestro campo de flores bordado, ¿o ya se les olvidó que hace tres meses el dólar rondaba los 16 pesos y la gasolina, que iba a costar 10 pesos, estaba, con alfileres en 21 pesos por litro “bautizado” y hoy ronda los 25 pesos?.

El cambio de gobierno, que no de la línea que está destrozando a la economía, tiene nerviosa a mucha gente: Exportadores, inversionistas, cámaras de grandes y pequeños empresarios, economistas varios y el propio y sometido Banco Central se encuentran enfrascados en una fuerte polémica sobre qué política monetaria es la que debemos seguir”.

¡Ah!, ¿y por qué ahora hay que tener política monetaria? Otra curiosidad cuando uno piensa que en principio todo lo resuelve la “mano invisible” del mercado, o la mano visible de las ocurrencias mañaneras. Bueno, la respuesta es simple, porque los recursos gubernamentales no van a ser suficientes para cubrir las ocurrencias del sexenio que hoy termina y terminarán afectando a los “programas sociales” y obligarán, por el déficit fiscal ya “presupuestado en 5% del PIB (seguramente será dos puntos mayor y diputados y senadores aplaudirán y aprobarán un monto mayor de deuda pública que, por incremento de riesgo país y de intereses, generará inflación, desempleo y más pobreza y pobreza extrema.

Todo esto pone fuertemente en cuestión las lógicas populistas más dogmáticas: los hechos están demostrando que las ocurrencias sin análisis ni estrategia no pueden generar las políticas públicas que el país necesita”. Sin pretender hacer “previsiones”, ni presumir de “expertos”, podríamos apostar que lo único claro, una vez más, es que las consecuencias del “drama” económico heredado, más el que se avecina, las pagaremos nosotros, los ciudadanos. Por eso estamos un poco adolaridos…

DE FONDO: Nuestra violentada Constitución Política se aproxima a las 800 reformas, derogaciones y/o adiciones. Muchas de ellas, como la llamada “judicial”, francamente anticonstitucionales. Impreparados, oportunistas, pero sobre todo incultos legisladores de pacotilla modifican lo que no conocen ni analizan, la “no reelección” es una frase gastada y casi muerta y brincando de aquí para allá aprueban en un día, agrediendo sus propios estatutos, lo que requeriría meses o años de análisis y estudio. ¿Los representados?, bien gracias, no importan, importa el cargo, el hueso y los restaurantes caros que les reprochan a los “fifís”, pero les sacan a ellos sus complejos. ¿Usted, amigo lector y elector, le pidió a su representante que aprobara una ley en un día?. Nosotros no.

DE FORMA: Y mientras reformas importantes se aprueban al vapor, en un día, otras más importantes como las que deberían de reglamentar el uso y abuso de las redes sociales, el uso y abuso de los chantajes telefónicos (tan fácil que sería obligar a las empresas de telefonía o a los bancos dar a conocer el origen de las llamadas o el destino de los fondos malhabidos) siguen dormidas, lo fácil implica años y lo difícil ni siquiera lo leen, no hace falta, la orden llegó y los chapulines se doblegan, tienen premio extra.

DEFORME: Terminó el peor sexenio de la historia y empieza uno más oscuro aún, a no ser que México despierte y la política y la economía se vuelvan un poquito más importantes que el futbol, Luis Miguel o el Canelo Alvarez… ojalá.

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Adalberto Füguemann

Adalberto Füguemann

Economista, conferencista y consultor Asociado y Generador de Alianzas Estratégicas para las firmas Taller Especializado de Arquitectura Mexicana, APLA Consultores, STA Consultores y Esfera