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Promesas, Baches y Pepito… El de los Cuentos

Promesas y baches de Pepito... el de los cuentos
Promesas y baches de Pepito... el de los cuentos

Estábamos la banda completa en el café de siempre, unos disfrutando su dosis diaria de cafeína y otros entregados a esas bebidas exóticas y coloridas que se toman con popote. De repente, alguien suelta la pregunta:

—¿Ya se saben el chiste de Pepito?

A lo que otro responde, sin dudar:

—¿El de los baches?

Pero el primero, indignado, replica:

—¡No! Hablo de Pepito, el de los chistes, no el de los cuentos.

Y así, entre risas y sorbos de café, me puse a pensar: ¿Se acuerdan de aquel candidato a presidente municipal que prometió pavimentar toda la ciudad? Sí, ese que aseguraba tener un plan infalible y proveedores listos para la obra.

¡Ah, qué sería de la vida sin la euforia de las campañas electorales! Esa época mágica en la que las ciudades se llenan de banderas, volantes, microperforados y sonrisas impecables en cada esquina. Donde los candidatos recorren los mercados probando mole de panza y tacos de suadero con una sonrisa que huele a Photoshop. Claro, después de la victoria los veremos en restaurantes donde la servilleta es de tela y la cuenta llega con propina incluida.

Pero volviendo al tema de los baches y de cómo caemos en el mismo hoyo al creer en promesas de campaña… Si una ciudad no puede resolver lo básico—baches, alumbrado público, parques, limpieza—imaginen lo lejos que está de garantizar seguridad. Es como esos discursos de reinas de belleza pidiendo paz mundial: suena bonito, pero nadie se lo cree.

Así que, cuando escuché a ese candidato prometiendo pavimentar toda la ciudad, sentí que estaba en un episodio de La Dimensión Desconocida. Lo más surrealista no era la promesa en sí, sino la idea de que alguien pudiera creerle. A menos, claro, que el candidato decidiera hacer campaña al estilo de Pepito el de los cuentos… y que todos entendiéramos que es un chiste.

El problema es que muchos terminan votando por el más simpático, pensando que esta vez sí, esta vez todo cambiará. Pero si administraciones anteriores no pudieron—o no quisieron—resolver un problema, ¿de verdad llegará un salvador a hacerlo por arte de magia? En fin, dicen que la esperanza es lo último que muere… y vivir de esperanza, al menos, le da algo de emoción a la vida.

—¿Te gustó el chiste?
—¿El de Pepito el de los cuentos?
—¡No! El de Pepito, el de los chistes.

La bienvenida a Gianfranco Pizar y a Pinchini el Siciliano

Interrumpo este inteligente y divertido espacio para dar la bienvenida a Gianfranco Pizar, nuevo columnista de ApartadoMex, no tan recientemente llegado de Sicilia pero gracias a quien gozaremos de lecturas llenas de ingenio y buena crítica.

Atte.

Itandehui Rodríguez, alias la loca incontrolable que dirige este medio digital.

Viajero frecuente estrella roja