La ubicación es una de las variables más importantes en política, ya lo dijo un gran filósofo:
“El poder se parece mucho a la inmobiliaria. Es todo sobre ubicación, ubicación, ubicación. Mientras más cerca estés de la fuente, mayor será el valor de tu propiedad. Cuando la gente vea estas fotos siglos más tarde, ¿a quién verán sonriendo al borde del cuadro?”.
Si vieron la serie ‘House of Cards’ sabrán que esta frase es de Frank Underwood, si no la vieron, se están tardando.
Aunque a muchos no guste y aunque la cantidad (cada vez menor) de gente que lo quiere y apoya sea inversamente proporcional a los cadáveres (muchos) que acumula en el clóset, el senador electo fue el gran ganador de la oposición durante el proceso electoral en Puebla.
¿Gracias a qué?
A estar ubicado en el lugar y en el momento correcto.
Además, supo usar y dejarse usar cuando debía hacerlo.
Si no, pregúntenle a Acción Nacional, partido que llevó al Senado a Camarillo y del que ahora se deslinda. Porque sí, llega con un poco más del 24% de la votación pero el 16% fue azul y solo el 8% tricolor.
¡Ubicación, ubicación, ubicación! La ubicación y cercanía a su dirigente nacional, Alito Moreno, le permitió conocer el escenario. Solo había que usar a los aliados y eliminar los obstáculos.
Bien dijo Underwood:
“Solo hay una regla: cazar o ser cazado”.
Si no, pregúntenle a Jorge Estefan Chidiac, Rocío García Olmedo, Blanca Alcala, Jaime Alcántara y a todos a los que fue quitando del camino porque cualquier persona que se interpusiera entre él y la meta era sacrificable. Así seguirá siendo, es el sello de la casa.
Al final logró lo que quería y se quedó con la única posición que realmente valía la pena, sabía que no iba a ganar pero tampoco era necesario.
Perdiendo, fue el único y gran ganador de la oposición en Puebla.
Ahora se va al Senado de la República dónde los tiempos podrían colocarlo en un lugar privilegiado.
“¡Ubicación, ubicación, ubicación!”, ese debe ser el mantra de Néstor Camarillo.
Morena lo necesita y él sabe lo que eso vale.
¿Considerará operar para el partido guinda a cambio de ser candidato a la gubernatura? No sería el primero en hacerlo, esa ruta ya la trazó Miguel Barbosa.
Eso es lo que pregona su equipo. Ellos “ya se vieron” en el 2030: el siguiente paso es ir por la gubernatura de Puebla como candidato de Morena.
Falta que José Luis García Parra y el armentismo se lo permitan, pero esa es otra historia.
Mientras tanto, Néstor Camarillo va al Senado con un gran pecado a cuestas, su ira, esa que lo mete en tantos problemas. Les dejo una última frase del protagonista de ‘House of Cards’ que aplica en este caso:
“Las palabras importan mucho, debería tener más cuidado con ellas.”
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