La última semana el presidente municipal, Pepe Chedraui, ha hecho declaraciones y enviado a sus plumas para promover la reingeniería administrativa del Ayuntamiento de Puebla como necesaria.
Si bien es cierto que los resultados de la administración riverista/dominguista fueron desastrozos, ¿deberíamos achacarlos a la manera en la que está configurado operativamente el Ayuntamiento?
¿Qué implica esta reingeniería administrativa?
¿Será que a Puebla va a ir mejor?
Esperemos que si.
A pesar de los compromisos firmados por Chedraui y por secretarios y funcionarios municipales para evitar el acoso sexual y laboral, en la práctica “el memo” no le llegó a los mandos medios.
¿Será que se perdió en el camino?
Basta con que se den una vuelta, por ejemplo, por el jurídico de la Tesorería para que puedan atestiguar cómo se dirige el titular a sus colaboradores. El ambiente laboral es… lo menos complejo, porque a los compañeros no los baja de “pendejos”.
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Los gritos y los insultos son el pan nuestro de cada día y no es un tema nuevo. El funcionario que migró de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado a la oficina municipal siempre ha tratado así a sus subordinados, a los que llevó con él porque ya no cualquiera aguanta ese trato sin denunciarlo.
Ojalá que la reingeniería que se plantea desde la Presidencia incluya capacitación y sensibilización a los mandos altos y medios para que corrijan la manera en la que se dirigen a sus compañeros. Porque no es la única oficina en la que sucede, pero poco a poco platicaremos de los casos particulares como este.
Lo cierto es que quienes cobran en la nómina del Ayuntamiento de Puebla deberían hacer un esfuerzo, porque, aunque Usted no lo crea y a pesar del “hoyo no hoyo financiero del buen rumbo”, los funcionarios municipales ya cobran más.
Una de las primeras medidas que instruyó el alcalde, luego de rendir protesta, fue que los colaboradores que estuvieron con él desde campaña recibieran un incremento salarial. En algunos casos estos representa hasta el 20% en comparación con sus antecesores.
Este aumento que para algunos podría representar un exceso ante las prioridades de la ciudad también podría represntar un daño a las finanzas municipales y es que no se consideró en el gasto programado para este año.
Volviendo a la reingeniería, las modificaciones que porpone Pepe Chedraui no solo implica crear nuevas áreas y fucionar otras. Además pretende limitar la autonomía de organismos públicos descentralizados, como el DIF, que ya no va ejercer libremente su presupuesto, sino dependerá de la Secretaría de Administración que ya de por sí representó un embudo con Eduardo Rivera.
La reingeniería administrativa a la que se está sometiendo al Ayuntamiento, implica la contratación de más personal. Esto, además, presupone un incremento en el costo social, así como la compra de muebles, equipo de cómputo, incremento en el pago de recibos de luz, más líneas de internet y un largo, largo etcétera.
Es menester recordar que el próximo año Puebla recibirá 100 millones de pesos menos en el presupuesto de ingresos. Esto complica aún más lo que pretende modificar Pepe Chedraui.
No dudo que haya una razón de peso para hacerlo, no dudo que urja tomar estas medidas, lo que deberíamos preguntarnos es, si las finanzas del municipio soportarán estos movimientos considerando que aún cargan con los errores presupuestales de la administración anterior.
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