Recuerdan a Sid, Manny y Diego en “La Era del Hielo” cuidando del bebé humano y jugando “¿On ta Bebé?”. Pues así deberían jugar los integrantes del Frente Amplio por México (FAM) con Xóchitl y decirle “¿On ta Xóchitl?”, a ver si la encuentran.
Y es que, luego dos meses de euforia por su candidatura, no, menos, como uno, justo al iniciar el proceso de selección de Coordinador o Coordinadora del FAM, la senadora nacida en Hidalgo, se “desborró”.
Básicamente se desinfló.
¿Cuándo pasó esto?
Pues a reserva de que Ustedes tengan otros datos, desde el momento en que Lópezcraist, nuestro señor… presidente, dejó de hablar de ella por orden de un juez, ella perdió fuerza.
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Él ya no pudo hablar de ella y ella desapareció de la agenda mediática.
Era obvio, creció como la espuma gracias a los ataques del presidente y cuando ya no pudo hablar de ella, “se le acabó la gracia”. El fenómeno se vino abajo.
Pero de eso, ella tuvo la culpa, porque lejos de capitalizar la martirización, acudió a las autoridades judiciales y silenció a su némesis.
Xóchitl Gálvez sigue teniendo “buen jale” en Twitter y está bien, pero hay un pequeño detallito y es que nadie ha ganado una elección gracias a Twitter.
Las redes sociales no desencadenan movimientos… no todavía. Los acompañan, eso sí. Pero no desencadenan movimientos y desde ellas, no se ganan elecciones.
Digan conmigo: “las redes sociales no ganan elecciones, las acompañan”.
Si así fuera Fernando Belaunzarán y Desiree Navarro serían diputados, él Federal y ella, Local en la Ciudad de México, pero no. No lo son. Porque… repitan conmigo, “las redes sociales no ganan elecciones, las acompañan”.
También es cierto que una o un candidato fuera de las redes vive en el error y difícilmente podría ganar una elección, a eso nos ha obligado la modernidad. Pero pensar que Xóchitl Gálvez va a poder mantenerse en las preferencias del electorado sin sacar de sus casillas al presidente y que este la regrese a la agenda, va a ser prácticamente imposible.
¿Será que se apresuró al solicitar la ayuda del Poder Judicial?
No sé Ustedes, pero yo ya comienzo a preguntarme: ¿On ta Xóchitl?