Con la playera de “quedabien”, mientras el presidente acaba de “ponerse bueno”, la Cámara de Diputados decidió hacerle algunos obsequios. Oro, mirra, incienso, la desaparición de Conacyt, del INSABI, la militarización del espacio aéreo, el turismo operado por el Ejército y las ventas de bienes sin supervisión. ¿Y el INAI?
Hubo un hombre que pasó por esta tierra… ¡Ah, no, esperen, esa es la canción de San José de Calasanz! Perdón, a veces me sale lo escolapia.
Hubo ayer un hombre, que decidió vestirse de gloria y con dos documentos, ganarse el amor eterno del presidente López y la candidatura de Puebla a la gubernatura.
Lo que sigue, surge de mi imaginación, aclaro, no vayan a decir que tengo cámaras en su oficina:
En un ejercicio de reflexión y en medio de un monólogo, el legislador obtuvo todas las respuestas que necesitaba:
“¿Cómo me congraciaré con el presidente, ahora que está “malito”? ¿Cómo podré ganarles la jugada a los diputados? ¡Este tiene que ser mi momento de brillar! ¡Piensa Alejandro, piensa!”
En eso, un rayo lo iluminó y entonces, encontró la respuesta.
El aspirante a la gubernatura, Alejandro Armenta decidió sacrificar a los especímenes que más dolores de ‘hue… sos’ le provocan a Lopezcraist, nuestro señor presidente. Decidió ahorcar a lo que más odia en este país: la transparencia y el combate a la corrupción. Y antes de que a alguien más se le ocurriera, puso manos a la obra… Había que aniquilar al INAI y al Sistema Nacional Anticorrupción.
Al fin esas chingaderas, ¿para qué sirven?
Si está dispuesto a desaparecer dos de las instituciones que han señalado los excesos del priismo, del panismo, del morenismo y de la familia presidencial, ¿se imaginan lo que podría hacer con Puebla? ¡Ufffff!
Pero volvamos al punto.
So pretexto de lograr una “eficiencia presupuestal”, se le hizo una gran idea aniquilar de un plomazo a dos de las instituciones que representan una de las más grandes conquistas de la democracia en México. Porque, decía mi papá: “si vas a hacer algo, hazlo bien, si no, mejor no empieces”.
Él decidió aniquilar a la transparencia al combate a la corrupción. Pero fue tal la respuesta de las benditas redes sociales, que su osadía pudo haber provocado que la gente saliera a marchar por el INAI, como lo hizo en defensa del INE.
Pues habiéndose echado para atrás, decidió que alguien tenía que pagar los platos rotos y como ya le habían caído mal las activistas presentes en la sala de plenos del Senado, había que tomar cartas en el asunto.
“¡Pinches viejas escandalosas, ya me tienen hasta el gorro!”, seguramente pensó. Cosa que me extraña del aliado de las mujeres, porque recordemos que él es proaborto y provida y, es la demostración de que se puede ser mayor aliado de todos y de nadie, ¿o no?
Y entonces, tomó una decisión más osada que la de la mañana, como él es el dueño y señor del Senado y llegó solito a ocupar esa posición —no, él no llegó por mandato por popular, llegó so-li-to —, él abre y cierra las puertas de la Cámara de Senadores, como si fuera su casa y decide quién entra y quién no y optó por cerrarlas.
¡Háganle como quieran, que a su casa nadie va a entrar!
Supongo que estará pensando en sacar a las Constituyentes Feministas de las greñas, porque ellas dijeron que se iban a quedar a dormir por la amenaza que lanzó mediante su comunicado.
Y el caso es que, ellas desde las galerías y la oposición desde la Tribuna, tomaron el Senado y se armó la pijamada.
Hoy, mi presidente Lopezcraist, debe estar otra vez pegando unos “corajotes” de concurso porque el Senado simplemente, colapsó.
Mientras el INAI se queja amargamente y le dice a todo el mundo “¡óigame no, me ahorcó!”, refiriéndose a Armenta. Y mientras las feministas se convierten, otra vez, en el mayor dolor de cabeza de la 4T… ¡ESO MAMONAS! Y mientras la oposición vuelve a luchar por los contrapesos, me pregunto, ¿es que, acaso, Alejandro Armenta quiere matar de un coraje a mi presidente? Ya una vez consideró usar miel contra alguien más…
