¿Es complejo gobernar? Supongo que sí, cumplir las expectativas de la ciudadanía es muy, muy complicado. Más porque a veces la gente no entiende cuáles son las competencias del gobierno y qué le toca a cada cuál. Pregúntenle a Eduardo Rivera.
Es más, ni “los que saben”, saben, he leído a expertos exigiendo al Ayuntamiento resultados sobre temas que no son de su competencia. Bueno, la realidad es que lo hacen con dolo.
Hace siglos, cuándo fui funcionaria pública, en mi oficina parecía que se atendían, entre otras cosas, los “asuntos sin resolver” de la administración estatal. A la gran mayoría de los ciudadanos les dabamos respuesta, sólo hubo uno por el que definitivamente no moví un dedo.
Un día llegó a verme un señor que quería que le pagaramos la renta de su bar por un año. De haber habido un programa así, hasta yo hubiera abierto mi changarro, es más, todos seríamos microempresarios. El señor se fue muy molesto porque le dije que era imposible.
Satisfacer los deseos de todos es eso justamente, imposible y, sacar adelante a una ciudad con las complejidades que tiene Puebla, mucho más.
Si recordamos que veníamos de tener a la peor alcaldesa del país con Claudia Rivera. Ahora, tenemos a uno de los diez mejores, habría que reconocer que las cosas han cambiado.
Nadie dijo que Eduardo Rivera iba a llegar con una varita mágica, lanzar un par de encantos y arreglar todo. Porque la magia es una ilusión y esto no es un tema de ilusiones, sino de acciones.
También queda claro que es urgente que ese gabinete tenga algunos ajustes, hay personas servidoras que más que una ayuda se están convirtiendo en una carga.
Aunado a eso una ciudad tan grande como Puebla representa toda una serie de retos y problemas complejos.
Existe toda la cantidad de factores exógenos que se puedan imaginar que hacen aún más complicado el gobernar. Por ejemplo, una crisis económica, crisis de seguridad, problemas que se arrastran desde hace varias administraciones, recortes presupuestales, etcétera.
El reto no es sencillo y por supuesto, el tiempo desgasta a las administraciones, además de que genera costos políticos, pero hoy debemos reconocer y celebrar que tenemos a uno de los mejores 10 alcaldes del país.