Ese hoyo es más bien un cráter financiero, no lo hagamos más pequeño de lo que realmente es.
Y tendríamos que empezar a considerar los nombres de las personas involucradas en el proceso, porque esto no se puede quedar en un “ustedes disculpen”.
Perdimos 2,600 millones de pesos por el cráter financiero que provocó el morenovallismo. Pero además 600 millones de pesos porque, como diría Héctor Llorame, “se nos peló la de la de la tanda”.
Hablemos primero de los 600 millones de pesos, por supuesto que la CNBV va a responder. Para que se rían, una fuente que pidió la gracia del anonimato me confió que retornarán 2 millones de los 600 perdidos, porque es lo que le corresponde.
No sé si reír o llorar.
Lo que sí sé es que Teresa Castro Corro debería comenzar a buscar a un buen despacho de abogados porque esto, definitivamente no se va a quedar en un “jalón de orejas”. El gobernador Sergio Salomón Céspedes es un hombre conciliación y de acuerdo, pero también es un hombre justo.
En Puebla, “la aplicación de la ley es una constante”, así se ha encargado de decirlo en lo público y en lo privado. Perder 600 millones de pesos porque “se invirtieron” y luego desaparecieron, en definitiva deberá generar responsabilidades no solo administrativas, sino penales.
Atarnos las manos como lo hizo el barbosismo y que hoy la administración de Céspedes y nosotros estemos pagando los platos rotos, es simplemente injusto.
Lo mismo que sucede con la bolsa de 2,600 millones de pesos que perdimos porque el morenovallismo buscó la manera de hacerse de más recursos para poder financiar sus proyectos.
En este sentido, hay un nombre que salta y que, además, me llama la atención. Se trata de la actual subsecretaria de Egresos de la Secretaría de Finanzas, Josefina Morales Guerrero, fue funcionaria de esta misma dependencia desde el morenovallismo.
En 2015, la funcionaria se desempeñaba como directora de Programación, Seguimiento y Análisis del Gasto.
Para 2019, Titular de la Unidad de Programación y Presupuesto de la Secretaría de Finanzas.
Luego, en 2020, fue directora de Presupuesto y Política Presupuestal de la Secretaría de Planeación y Finanzas.
Esto es chistoso… no chistoso de feo, chistoso de raro, o de sospechoso, ¿no creen?
Su experiencia en el tema, le da mayor responsabilidad pues, en teoría, Josefina Morales conoce, no solo de responsabilidades, sino también de obligaciones. Pero además, ella sabía por los cargos que ha ocupado, del problema que ocasionaría la solicitud de la devolución del ISN. Además, conocía el riesgo que conllevaba la “inversión” en Banco Accenda, y si no lo sabía ¿qué demonios ha hecho ocupando cargos en la dependencia?
Otra persona que debe ser llamada a cuentas y que en dos años se queda sin fuero, es el senador Roberto Moya. Él es el principal responsable de lo que hoy padecemos en Puebla. El fue secretario de Finanzas con Moreno Valle, pero, ¿por qué urgía darle fuero? Por este tema.
Si las cosas le hubieran salido bien a los Moreno Valle, Rafael habría sido presidente cuando esto reventara y habría tenido la capacidad para blindar a Moya. ¿No lo creen? Mientras tanto, habría estado protegido por el fuero que le confiere ser legislador.
Ese hoyo es un cráter, no lo hagamos más pequeño de lo que realmente es. Además, debemos señalar las cosas por su nombre y a los autores de su aparición.
