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El machismo en un día de conquista feminista

El machismo sigue tratando de imponerse, pese a eso, la Ley Monzón y la Ley Malena se aprobaron en Puebla

El machismo sigue tratando de imponerse, pese a eso, la Ley Monzón y la Ley Malena se aprobaron en Puebla

Cecilia Monzón no fue mi amiga, nunca intenté tener una relación más allá de la cordialidad con ella.

Ella tampoco pretendía mi amistad, esa es la realidad, simplemente llegamos a coincidir en mesas de trabajo, en reuniones y… ya.

Nos conocimos en los años de universidad, ella era un par de años menor que yo. Luego coincidimos en el trabajo, ella era delegada del Instituto Poblano de la Juventud y yo trabajaba en la Secretaría de Gobernación, lejos de las actividades de los jóvenes marinistas.

No le temía pero la respetaba, siempre la reconocí como una de esas mujeres con las que era mejor no tener desencuentros.

No soy una mujer de choque o que busque la confrontación, pero tampoco me sé quedar callada y mucho menos cuándo considero que algo es injusto.

Hace unos meses alguien me dijo, en tono de reproche, que siempre tengo una respuesta para todo y sí, el día que me quede callada será porque la muerte me alcanzó.

Ese comentario me resonó, fuerte, porque por alguna extraña razón, aún en pleno 2022, los hombres seguían creyendo que las mujeres debemos callar. En 2023 no es la excepción.

Y… no, temo que yo no me sé quedar callada.

Esos micromachismos (o no tan micro) que tanto han dañado a nuestra sociedad siguen presentes y latentes, son parte de ese patriarcado al que los hombres no admiten que pertenecen, que intentan ocultar, pero que existe, que persiste.

Por lo que a mí toca, sé que genera costos el no saber quedarme callada, el ser tan frontal, el ser tan terca y el defender mis opiniones, ¿qué les puedo decir? Es lo que hay, #SorryNotSorry.

Me queda claro que Cecilia era así… aunque ella era “un poco más”. Probablemente por eso no nos llevábamos. Cecilia era una mujer que hacía todo, absolutamente todo con intensidad, con mucha intensidad.

No comulgué nunca con sus formas, pero la respeté lo más que pude. No era una persona con la que me hubiera gustado tener un problema.

Debo reconocerle que su lucha personal, benefició a muchas mujeres. Por ejemplo, denunciar la violencia política de género de la que fue objeto, presuntamente, por parte de Manlio López Contreras, Charbel Jorge Estefan Chidiac, Eduardo Zacatelco y Luis Alberto Arriaga, motivó a que más mujeres encontraron el valor para denunciar.

No existirían avances para penalizar la violencia de género sin la estridencia feminista.

El asesinato de Cecilia motivó que el día de ayer se aprobara en Puebla la Ley Monzón, misma que impulsó la diputada Mónica Silva. Gracias a esto, Puebla se convierte en el primer estado en el país en el que nunca más el feminicida de una madre, podrá conservar la patria potestad de sus hijos.

En la misma sesión, se aprobó la Ley Malena. Esta por la gestión de la diputada Aurora Sierra, gracia a la que se impondrá una pena de 26 a 40 años de prisión a los agresores y en especial, se cataloga como tentativa de feminicidio estos ataques.

Y mientras esto sucedía, en el mismo recinto donde se aprobó la Ley Ácida, el diputado local y presidente estatal del PRI, Néstor Camarillo, intentó callar a Elena Ríos, víctima de violencia ácida en Oaxaca.

Por si esto fuera poco, el diputado Jorge Estefan Chidiac llamó “revoltosas” a las activistas presentes en la sesión.

No tengo nada personal contra ustedes, señores diputados, pero entre más señalemos este tipo de actitudes, más medirán sus acciones. La deconstrucción no duele, cuesta, pero no duele y algún día, sí lo hacen, puede que se conviertan en mejores personas y en mejores políticos.

Y, esto ya fue el colmo de los colmos. Mientras Elena Ríos se encontraba en el Congreso del Estado, el protector de su agresor, el exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, se paseaba por Puebla… ¿Qué cosas, no?

Comencé diciendo que Cecilia Monzón no fue mi amiga, que nunca aspiré a ser cercana a ella y menos lo intenté, ella tampoco. Lamenté profundamente su asesinato, de hecho me conmocionó. Celebro que una mujer tan estridente como ella, haya logrado post mortem, proteger a muchas niñas y niños, a través de Mónica Silva.

Celebro que Cecilia Monzón logró lo que todos deberíamos aspirar al venir a la vida, Cecilia Monzón trascendió. 

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