Es muy fácil que los empresarios quieran incursionar en el terreno de la política. Es normal, el poder económico despierta apetitos que solo podrían saciar desde otra escena aún más poderosa, la política. Hoy les voy a contar sobre el empresario que juega a ser político, esta es una lección que muchos deberían aprender.
¿Cuál es el riesgo de incursionar en la vida empresarial y política o en la política y empresarial?
Uno pequeñito y se llama conflicto de intereses.
Cuando un empresario decide extender “su operación” es porque tal vez y solo tal vez sus amigos políticos ya no le favorecieron tanto como necesitaba.
Se quedan cortos con las gestiones o los favores son cada vez más complicados, al grado de convertirse en imposibles de ejecutar.
Lo que no saben un empresario que juega a ser político son las reglas no escritas de la política. Es incuestionable y altamente criticable pues carece de oficio y de los conocimientos básicos que le permitan trabajar por y para las personas que lo eligieron o con el político electo que lo sumó su equipo.
El empresario que incursiona en política normalmente piensa que puede manejar al gobierno como maneja sus negocios. Y hay una diferencia abismal entre la operación de uno y otros.
Los arranques, los enojos y hasta los discursos nunca podrán ser como los que le dedica a su plantilla de personal en el convivio navideño. Sus palabras como político generan costos. Mismos que además son altamente reprochables no solo por los críticos de oposición, sino por la prensa y por organizaciones ciudadanas, entre otros.
Si Ustedes creen que estoy hablando de Pepe Chedraui. Pues se equivocan, le voy a dar vacaciones un rato, aunque su equipo todo se toma todo personal y declaran odios y guerras que ni al caso.
Aunque este saco le queda a muchos y esa no es mi culpa.
Volvamos al punto, hablo de Elon Musk quien hoy sintió el verdadero costo de haber incursionado en política.
X se cayó al menos tres veces como en la lucha libre hasta el momento de la redacción de este monólogo y no han logrado reestablecerlo totalmente.
Además, desde sus manifestaciones “no nazis”, las acciones de Tesla han sufrido una caída sostenida, esto sin tomar en cuenta que las ventas de sus autos cayeron a nievel mundial un promedio de 50%, nada más.
Definitivamente se terminó el bono positivo que le dejó la cercanía con Donald Trump. Sus expresiones ultraconservadoras llevaron a países con ideologías progresistas a castigar a su marca de vehículos eléctricos y esto repercutió negativamente en el valor de las acciones de su empresa.
Esto sin considerar que BYD tiene mejores autos eléctricos y más económicos y que, incluso, Tesla le compra las baterías para sus coches a la armadora china.
Si quieres enterarte a detalle visita: A Elon Muks se le caen X y Tesla (TSLA): pierde en la bolsa.
Incluso fue el mismo Elon Musk quien reconoció que la caída de X se debió a un ataque y que contó con una gran cantidad de recursos. Considera que hay dos posibles responsable detrás de la caída de su red social: un gran grupo coordinado y/o un país.
¿Cuál de todos los ofendidos por el empresario será responsable?
La soberbia con la que el sudafricano se ha manejado ahora que no solo es empresario, sino también político, le jugó en contra. Le valió enemigos muy poderosos que antes no tenía a la vista.
A este empresario que juega a ser político le están pasando la factura en lo que más le debe doler, sus negocios.
Por si fuera poco, Carlos Slim se convirtió en un obstáculo para que Starlink logre la expansión que tanto deseaba Musk en México y América Latina.
Mañana les cuento de otra persona política que juega a ser empresaria desde la Secretaría de Turismo.
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