Me caí y recordé el dolor que pruduce tocar intempestivamente el suelo. La última vez que me caí antes de ayer, acabé una semana en el hospital, pero luego les cuento a detalle esa historia, porque es larga.
Como resultado de mi caída anterior, ahora tengo dos tornillos en la rodilla izquierda, sobre la que caí ayer y por supuesto, me dolió. Obvio no me dolió tanto como a Eduardo Rivera le deberá doler reconocer los errores que ha cometido confiando en su equipo y su gente cercana.
A toro pasado valdría la pena que, a los foros que está llevando a cabo Acción Nacional, agregaran una sesión más:
“Las traiciones del equipo de Eduardo Rivera a su jefe”.
Se me ocurre que podrían invitar a las y los afectados por su equipo.
No sé, piénsenlo.
Y es que, a pesar de los grandes esfuerzos de su gente cercana para “ahorrarle el coraje”, le han ocultado grandes problemas.
Traición es que te mientan, pero también que te oculten cosas.
El ex alcalde y ex candidato a la gubernatura dio todo por defender a su equipo, uno en el que lo que sobran son traidores, a los que protegió su equipo. En mi pueblo a eso le llaman complicidad.
Hicieron hasta lo imposible por proteger a personal en distintas áreas de la administración. Pero además, callaron los problemas que detectaron a tiempo y que acabaron convertidos en grandes dolores de cabeza. Algunos terminaron en denuncias en Contraloría, en Fiscalía y hasta en negociaciones millonarias.
Eso, generó molestia entre el personal, entre los no cercanos y terminaron operando en contra. Aunque algunos titulares no lo quieran reconocer.
El acoso en todos lados fue de todo tipo, no solo fue sexual, sino también laboral. Hubo, incluso, acoso a grupos.
Uno de los casos más claros es el de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Si bien es cierto que Lourdes Rosales fue una muy mala secretaria de Seguridad Ciudadana, también es cierto que fue una buena jefa. Trató bien a los policías y a funcionarios de la dependencia.
Por su parte, Consuelo Cruz no solo ha sido una pésima titular de la dependencia al exterior, creo que sobra hablar de lo sucedido en la última semana y que por supuesto, es el sello de la casa de los últimos años.
Además, el mal trato que ha prodigado a los empleados de la Secretaría los motivó a votar corporativamente por Morena. Todos votaron por Pepe Chedraui, afectando con esto al candidato de Acción Nacional, Mario Riestra, que sin deberla ni temerla, fue víctima colateral del voto de castigo de los empleados del Ayuntamiento a Eduardo Rivera.
Hay muchos más ejemplos de la operación en contra en distintas dependencias, pero este es uno de los más significativos.
El dolor produce una reacción.
En este caso, el cuero duele más que la camisa y quiero ser súmamente enfática en esto: el cuero duele más que la camisa…
Lastimar al personal, implica lastimar a las familias. Eso sale caro y se cobra.
¿Qué dices Eduardo Rivera? ¿Agarras el toro por los cuernos y escuchas a la gente que tiene algo que contarte con relación a los pecados de los integrantes de tu equipo?
‘Spoiler alert’: va a doler.
El dolor de la caída es grande, pero hay que abrir los ojos cuando tocamos el suelo. Yo no abrí bien los ojos, no vi un escalón y me caí, por p3nd3j@… hoy me duele todo, más el orgullo, así es esto.