Este fin de semana Alito Moreno estuvo en Puebla, pudo ir el sábado al arranque de la Feria de su alcalde más importante, José Luis Márquez en Zacatlán, pero no, se quedó en la capital y mandaron a un representeante, Fabio Guerrero. Se quedó a decir, el domingo, que el PRI tiene cinco cartas fuertes (en realidad una) para la gubernatura, Blanca Alcalá, Lucero Saldaña, Javier Casique, Jorge Estefan y Néstor Camarillo. Y entonces, apareció Doger, “el Terrible”.
Vino a una fiesta, porque fue el cumpleaños de Néstor Camarillo y había que celebrar.
Y mientras Alito Moreno hablaba de unidad y del PRI “fuerte” que hay en Puebla, tenía que aparecer el terrible Doger.
Enrique Doger no sabe hacer las cosas de otra manera, es disruptivo, estridente, escandaloso, conocedor de los tiempos y sabedor de cuándo es el momento de actuar.
Y entonces, así, cuando los priistas celebraban a un cumpleañero, Enrique Doger, decidió clavar un puñal hondo, hondo, muy, muy hondo.
En rueda de prensa con Nacho Mier, Fernando Manzanilla e Iván Galindo, anunció algo que todos sabíamos, que apoya a Nacho Mier.
Pero no solo eso, que, además, se llevó a 200 priistas, entre regidores, alcaldes, diputados y de todo.
Desfondó al PRI, se llevó buena parte de lo poco que le queda… y se marchó… y a su barco le llamó, libertad…
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Ya nada más faltan dos personas, Javier Casique y la esposa de cierto personaje, también cercano al Doctor, para que el equipo esté completo, pero ahora del otro lado. O sea, ya están, pero no están, todos lo sabemos… TODOS.
Mientras tanto, Alito seguirá jurando por ‘Chuchito’ y ‘la santa palominta’, que valen el 8% y que merecen la candidatura de la capital de Puebla. Además, la segunda senaduría, 7 diputaciones federales, 14 diputaciones locales, 150 presidencias municipales y un Audi del Bienestar… ¡Ah, no, ese no! Me confundí de cuento.
El punto es que el idílico fin de semana del priísmo no existió, gracias a Enrique Doger, “el Terrible”.
Ese Doctor es malo, pero no malo de malvado, es malo de canijo, por eso me cae bien. Sabe cómo, cuándo y por dónde y esta jugada fue, simplemente magistral.
El exdiputado y exalcalde que lleva tantos años fuera de la escena y en unos minutos le robó la atención al dirigente nacional de un partido. ¡Señoras y señores, niñas y niños, comadres y compadres, eso, se llama oficio político! Ese es Doger, “el Terrible”.
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