Me van a decir atascada, apenas anoche dijimos adiós a la Feria 2023 de Puebla y ya quiero hablar de la de 2024. Pero es que la Feria del siguiente año, revestirá toda una serie de retos para la administración de Sergio Salomón Céspedes.
El primer gran reto, ¿cómo hacer que esta Feria se convierta en una que cumpla con los estándares para recibir a personas con discapacidades?
Desde 2022 en el Palenque y este año también en el Teatro del Pueblo, quedó en evidencia que estas dos áreas no están preparados para recibir a personas con discapacidad. Esto, debido a las dificultades que representan las pronunciadas pendientes que lógicamente hay debido a que el Recinto Ferial se encuentra en un cerro. Además de que al interior de las mismas no hay espacios reservados para personas que llegan en silla de ruedas, con bastón o movilidad asistida.
Esta situación me llama poderosamente la atención pues el Gobierno del Estado cuenta con Certificación Oro en la Norma Oficial Mexicana R-025-SCFI-2015. Esta evalúa que las dependencias y entidades de las administraciones deben ser amigables laboral y estructuralmente, no solo con los empleados, sino también con los usuarios.
Esto obligaría a las empresas auditoras autorizadas a contemplar en su evaluación a las instalaciones de la Feria. De hacerlo, inevitablemente descubrirían que los dos espacios antes mencionados, el Palenque y el Teatro del Pueblo, no cumplen con la norma. Evidentemente esto pondría en riesgo la certificación del Estado.
Por otra parte, se debe considerar establecer los mecanismos y candados necesarios para que, ni policías, ni personal de empresas de seguridad privada, puedan hacer negocio con los accesos a los espectáculos de la Feria. Esto, además de molestia, genera descontrol entre los asistentes. Lamentablemente los esfuerzos del Gobierno del Estado y de la administración de Sergio Salomón Céspedes se ven afectados por las malas prácticas de algunas personas.
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Por otro lado, está el reto de atraer a más expositores de artesanías y productos diferentes a la “fayuca”. El área comercial ofreció poca diversidad de productos y los espacios se cubrieron con puestos de comida. Este año hasta hubo uno de lencería y otros artículos que probablemente no deberían haber visto los niños que pasaron por ahí.
Algo que hay que resaltar, sin duda, es el esfuerzo que hizo la administración estatal para traer espectáculos de primer nivel al Teatro del Pueblo y a costos más bajos que en años anteriores al Palenque. Esto, sin duda, lo agradecimos las y los poblanos.
El próximo año, además representará un reto para los expertos en desarrollo y operación de campañas de comunicación y es que el calendario de la Feria de Puebla se empatará con la veda electoral.
Recordemos que la elección se llevará a cabo el 2 de junio de 2024. Por tanto 60 días antes iniciará la veda electoral y la imposibilidad de socializar acciones y programas de gobierno. ¿Recalendarizarán la feria? ¿Será que se adelante para marzo? Porque eso implicará entonces, que se empate con Ferias como la de Aguascalientes y esto represente un reto para la coordinación de las agendas de los artistas.
¡Qué gran dolor de cabeza se viene para los organizadores de la Feria de Puebla 2024!