1. No felicites.
No hay nada que celebrar. El día de la mujer no se festeja, se conmemora.
2. Si no entiendes el punto anterior, estudia.
No es casualidad que sea este mes, ni que sea este día, vaya, ni el color morado es casualidad. Que cada año tenga que seguirse marchando tampoco.
3. No juzgues.
Es fácil caer en criticar las formas de algunas feministas, pero: las matan, las desaparecen, las v10l@n, las violentan, las acosan, no les hacen justicia… ¿y todavía hay quienes se preguntan por qué quieren quemarlo todo?
4. No minimices.
Comentarios como: “No es para tanto”, “¿Por qué hacen ese d3sm@dr3?”, “Exageran”, no van, no se dicen, no se hacen.
5. Empatiza.
Un poquito de empatía, solidaridad y apoyo es lo mínimo indispensable que, quienes se atreven a alzar la voz merecen de nosotros.
6. Si eres figura de autoridad, no seas condescendiente.
¿Es real? Frases como “Les daremos permiso de que vayan a las marchas”. Una marcha de protesta, por antonomasia, es un acto de sublevación, no se requiere permiso. Que las mujeres que decidan ausentarse de sus trabajos este día, no tengan ninguna repercusión por ello, solo eso.
7. Respeto absoluto.
Si no entiendes, si no comprendes, es más, si no empatizas, pues no hay problema, solo respeta, quedate callado, y listo.
Aspiramos a que un día ya no tenga que haber una marcha para que las mujeres exijan igualdad de derechos y oportunidades. Ojalá que no deban marchar para exigir que no las maten ni violenten solo por el hecho de ser mujeres. Este escenario que parece utópico, debe ser real, pero no se construirá solo. Todos y todas, como sociedad, debemos hacer lo necesario para que ese día llegue, mientras tanto: No están solas.
Rescoldo.
A muchas personas en la política les encanta usar este día para tomarse fotos y hacer discursos sin fondo que se quedan solo en la euforia del momento repletos de frases que parecen sacadas de un libro motivacional. Exijamos a esas personas que están en la toma de decisiones públicas que pasen del discurso a los hechos, siempre, no solo el 8M.