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Posted inEl Cuarto Propio

Ser mujer no basta

Ser mujer no basta
Ser mujer no basta

En lo que escribo mi columna he pensado que quizás esté tirando la última estrellita feminista que le quedaba a mi carnet, porque en política no basta con ser mujer para tener resultados, las mujeres no nacimos con un don inherente de ser “buenas y perfectas” y tener espacios para cubrir una cuota, no nos garantiza nada… sin embargo sirve de mucho.

En semanas atrás ya se debatía la posibilidad de que los partidos políticos tuvieran que llevar al menos 4 mujeres en las candidaturas para el 2024, pero hoy el INE aprobó que en al menos cinco de los 9 Estados se cumpla este criterio de paridad, necesario sí, pero como un arma de doble filo.

Empecemos desmenuzando un poco de lo que en los días va a pasar, porque recordemos que aunque el INE ha puesto las reglas para el 2024, a los partidos aún les queda poder apelar la decisión en el Tribunal Electoral.

La ley electoral establece que el 50% de las candidaturas deben ser para mujeres y el otro 50%, para hombres, el problema es que para el 2024 son 9 las candidaturas, por lo que los partidos habían pensado que podían ser 4 y 5 o 5 y 4, según les conviniera, sin embargo eso no fue así, ya que las comisiones de Prerrogativas e Igualdad de Género tiene en su agenda el privilegiar a las candidaturas de mujeres.

Hasta aquí garantizar espacios para las mujeres es importante, el problema es que se cree que la incorporación de las mujeres dará pie a que hay “sujetos” que cuenten con la capacidad de proponer agendas legislativas con perspectivas de género y que, dicho sujeto “permite la deconstrucción de los ámbitos público y privado como entidades clasificatorias” como lo señala Lourdes Consuelo Pacheco.

Sin embargo, “la construcción de las mujeres como sujetos políticos requiere acciones más allá de la incorporación de las mujeres en la política, requiere desmontar los mecanismos que desigualan socialmente a hombres y mujeres”.

Ser mujer no basta para tener una política en donde tengamos espacio las mujeres, porque a la mayoría de las mujeres en estos espacios les hace falta esa deconstrucción de la que tanto hemos hablado, y con esto no quiero decir que no sea una medida necesaria, sino que debemos plantearnos la posibilidad en un futuro próximo de que no baste con ser mujer para creer que se puede estar en ese puesto.

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Al mismo tiempo quiero reconocer que la participación de las mujeres en política está llena de machismo y de misoginia, el acoso político o la violencia política se constituye en un “delito” contra las mujeres, es una acción ilícita por la cual una o varias personas en ejercicio del poder público presiona, persigue, hostiga y amenaza  a otra con la finalidad de apropiarse de su “poder” o inducir a tomar decisiones en contra de su voluntad y de su principios ético políticos. (Machicao 2004)

Que nos quede claro que son los partidos políticos los que controlan el acceso y el avance de las mujeres en las estructuras de poder político. A fin de alcanzar liderazgo, la mujer debe ascender dentro de los partidos, los cuales tienen la capacidad exclusiva de nominar a los y las candidatas a cargos públicos. Los partidos políticos históricamente se han caracterizado por ser estructuras sexistas que no incorporan a sus filas a las mujeres en igualdad de condiciones que a los varones, impidiéndoles el acceso a puestos de dirigencia.

Claro que vamos por un camino, menos fangoso pero aún con piedras, ya que son los partidos los que deben capacitar a las mujeres, con cursos de liderazgo en general, fortalecer liderazgos de mujeres elegidas, capacitación obligatoria para hombres y mujeres de sensibilización de género, que en los estatutos aparezca la igualdad en todos los órganos del partido y su cumplimiento.

Las cuotas parecen ser condición necesaria, pero no suficiente para la participación política femenina y su presencia en lo más alto del organigrama político institucional. Las cuotas de género NO son la meta, son parte del proceso para alcanzar la igualdad.

Hay que recordar que en política hombres y mujeres nos necesitamos mutuamente para construir un futuro donde la igualdad sea la realidad y no un simple simbolismo.

Y mientras esperamos quién será el primer partido en refutar la decisión al Tribunal Electoral, yo les leo en la siguiente columna.

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