El día del padre ya ha pasado, sin embargo en un país como México donde hay más de 4 millones de hogares con padres ausentes (CIMAC, 2023), hablar de ser padre en cualquier época del año queda bien.
Esta semana más de un millón 600 mil estudiantes del nivel básico regresaron a clases y cómo es de esperarse fueron miles las madres que tuvieron que surcar los gastos de sus hijos e hijas ¡SOLAS!
Seguramente muchos de los padres dirán: pero no todos los padres, o sacarán la conclusión de que escribo desde el resentimiento hacia el mío y por el contrario, reconozco que muchos de los padres han dejado de ser ausentes y participan de manera activa en la crianza de sus hijos e hijas y que a mí, pues que les digo, me tocó el mejor, el que ahora mismo se la está rifando por una nieta y ha sabido ser ese padre activo.
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Sin embargo, en estos días en los que las madres de familia corren porque el dinero no alcanza, yo sigo viendo padres que creen que deben castigarlas por no seguir casados con ellas, ejerciendo violencia vicaria, es decir que buscan imponer control, no únicamente sobre sus ex mujeres, sino sobre sus descendientes, quienes terminan siendo las principales víctimas de este tipo de rudeza.
He pensado también en aquellos conocidos que son padres y que, por una u otra razón cuando sus hijos o hijas no cumplieron sus expectativas han decidido dejar de apoyarles, de quererles y en algún punto humillarles y retirarles todo el apoyo, no solo emocional sino económico que les daban, debido a que aún en estos días los hombres siguen creyendo que los hijos les pertenecen, así como lo creen con sus esposas.
La crianza de un hijo o hija es un viaje repleto de desafíos y alegrías, una experiencia que transforma vidas y moldea futuros. Sin embargo, cuando un padre elige la ausencia, tanto emocional como financiera, este viaje se vuelve una lucha solitaria para muchas madres y sus hijos e hijas.
Esta dura realidad resalta la importancia de examinar el tema desde una perspectiva de género, revelando las complejidades y los efectos a largo plazo de una figura paterna ausente en la ecuación familiar. La paternidad va más allá de la simple contribución biológica; es una responsabilidad compartida que abarca la provisión emocional, financiera y educativa.
Cuando esta responsabilidad es ignorada, las madres a menudo se encuentran enfrentando una serie de desafíos que pueden afectar profundamente la vida de sus hijos. Desde una perspectiva de género, es crucial reconocer cómo las dinámicas de poder históricamente arraigadas pueden influir en este contexto.
Las madres a menudo se enfrentan a expectativas sociales poco realistas: se espera que sean las “supermadres” que equilibren el trabajo, la crianza y el cuidado del hogar sin apoyo alguno.
La ausencia de contribuciones financieras puede sumir a las madres en situaciones de estrés y precariedad. Esto puede tener efectos en cascada en la calidad de vida de los hijos, limitando sus oportunidades y perpetuando ciclos de desigualdad.
Este aspecto del conflicto subraya cómo la falta de apoyo financiero puede atrapar a las madres en la trampa de la dependencia económica, dificultando su autonomía y limitando sus opciones laborales y educativas.
Es crucial abordar estos desafíos desde múltiples frentes. Las políticas gubernamentales deben garantizar el acceso a manutención infantil y crear redes de apoyo para madres solteras. La educación y la sensibilización sobre la importancia de la paternidad activa deben ser parte integral de la formación de adolescentes y adultos jóvenes. Además, es fundamental cuestionar las normas de género arraigadas que perpetúan la idea de que la responsabilidad de la crianza recae únicamente en las madres.
Es hora de redefinir la paternidad como una responsabilidad compartida, y de brindar el apoyo necesario para que las madres y sus hijos puedan florecer a pesar de las dificultades que enfrentan. Solo así podremos construir un futuro más equitativo y compasivo para todas las familias.
Nos leemos en la siguiente columna, esperando que al menos el Gobierno de Puebla ya tenga su lista de deudores alimentarios.
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