Los testimonios de sobrevivientes del Rancho Izaguirre, centro de adiestramiento del CJNG, revelan el horror que vivieron jóvenes como Noemí García.
Los testimonios desgarradores de sobrevivientes del rancho Izaguirre en Jalisco han sacado a la luz las prácticas del CJNG, desde el reclutamiento forzado hasta las torturas extremas.
Merari Noemí, una joven madre soltera de 19 años, fue una de las muchas víctimas presuntamente reclutadas a la fuerza por el CJNG tras responder a una oferta de empleo falsa.
En mayo de 2024, la joven acudió a la terminal de autobuses de Zapopan con la esperanza de conseguir un empleo bien remunerado que le ofrecía una compañía de seguridad.
Sin embargo, ese fue el último día que su familia la vio.
En marzo de este año, Rubí identificó los tenis de su hermana, la biblia y la maleta que había llevado al ofrecerse al supuesto trabajo.
“Es un infierno no saber de ella. No la vamos a juzgar por lo que sea que la hayan puesto a hacer”.
Rubí.
El horror del rancho Izaguirre: Testimonios de un reclutamiento forzado
En ApartadoMex tenemos uno de esos testimonios, el de un sobreviviente que declaró que el adiestramiento que recibían por parte de exmilitares que trabajaban para el CJNG en este lugar era sumamente extenuante, te invitamos a leerlo.
Los sobrevivientes señalaron el rancho Izaguirre, descubierto en septiembre de 2024, como un “centro de adiestramiento” del CJNG y uno de los lugares donde habrían reclutado a la fuerza a jóvenes como Merari Noemí.
Varios sobrevivientes han revelado testimonios que describen un espacio donde sometían a los jóvenes a torturas extremas y entrenamientos militares, mientras los mantenían bajo constantes amenazas de muerte.
Un hombre que logró escapar relató que obligaban a los reclutas a dormir en condiciones precarias.
Dormían siempre en posición fetal y apelotonados, debido a la constante llegada de nuevos reclutas.
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Otros mencionaron que las pruebas de adiestramiento incluían el uso de armas de fuego.
También participaban en actos violentos, como el asesinato de personas que no pasaban las pruebas.
Uno de los testimonios más impactantes provino de una mujer que estuvo en el rancho durante tres años.
Aseguró que los reclutados eran forzados a participar en prácticas horribles como la excavación de fosas.
Además, del desmembramiento de cuerpos y otras atrocidades, además de ser obligados a comer carne humana como parte de su “bautizo” en el crimen organizado.